El responsable de joyas del desenfreno mayúsculo como las geniales e impagables The Raid y The Raid 2: Berandal, amén de la notable, folklórica y odiada The Apostle, ha creado junto a Matt Flanery, su habitual director de fotografía, una versión renovada de las crudas y salvajes historias de gansterismo… así nace “Gangs of London”.
Gareth Evans, director y mago, levanta con cimientos de sangre y plomo una despiadada historia, repleta de violencia extrema, traición y brutalidad. En lugar de las ya clásicas familias sicilianas o el Bronx, Evans nos traslada a la City londinense y nos presenta un sindicato de crimen donde afloran ingleses de pelo en pecho, los ya clásicos gypsies, traficantes albanos, asesinos kurdos o grandes kingpins iraníes… sin dejar de mencionar irlandeses encurtidos en bañeras de cerveza, comandos militares daneses, carniceros nigerianos, y poderes fácticos que manejan los hilos en la sombra. Tela marinera.
El aparentemente inocente asesinato del jefe de la mafia londinense, Finn Wallace (el veterano Colm Meaney), desencadena una vertiginosa espiral de violencia extrema donde se enfrentan y traicionan las familias más mafiosas del centro neurálgico de la economía británica. En medio del fregado un policía encubierto acaba siendo un sufrido espectador de lujo de esta historia de descenso a los infiernos. Pero el relato va más allá, en una sopa repleta de ingredientes que enganchan, a niveles dignos del material que se mete entre pecho y espalda Billy (Brian Vernel), la “familia” protagonista dirigida ahora por Sean – el Joe Cole de la magnífica y terrorífica Una oración antes del amanecer (A Prayer Before Dawn) o Green Room– se transforma en el centro de todas las miradas, ya sean policiales, como de aquellos que antiguamente les pagaban rédito.
Esta primera temporada de “Gangs of London” es un despiporre, siendo capaz de combinar set pieces de acción como jamás antes se habían hecho para el medio, coreografiadas de forma excelsa y tremendamente sangrientas y violentas, como elaborados juegos de ajedrez donde peones se erigen en reyes y en los que también caen torres infranqueables o mueren reinas aparentemente inmortales. Hay de todo, y todo lo que hay es bueno. A nivel dirección, estamos ante 9 episodios de más o menos una hora cada uno, Evans se rodea de gente conocida como Corin Hardy, director de un par de pelis de terror como la molona The Hallow y la menos molona La monja (The Nun), y Xavier Gens, el veterano director francés responsable de esa sangrienta obra del extremo terror llegado de tierras galas como es Fronteras (Frontière(s)), así de como otros films no tan potentes como The Divide, Hitman o la vista en Sitges hace unos años La piel fría (Cold Skin). Claro está lo que rueda Evans, ese quinto episodio es un home invasion a 1.000.000 rpm, y tanto Hardy como Gens aportan pulso para acabar dando forma a una primera temporada, si nada se tuerce habrá más, que deja el nivel muy alto.
Un póster de "Gangs of London"