Dom 3 Nov 2019
Me subo al carro, aprovecho que Quentin Tarantino ha calificado Infierno bajo el agua (Crawl) como su película favorita del 2019 para hablar del survival horror de Alexandre Aja y el padrinazgo de Sam Raimi. Con dos… eso.
Revisando Letterbox fue el 23 de agosto cuando me pasé por el cine para ver esta de cocodrilos en la que Kaya Scodelario, sufridora número 1, y Barry Pepper, su padre delante de las cámaras, tratan de sobrevivir no sólo al paso de un huracán por la Florida de los cañaverales, manglares o como queráis denominarlos… si no al imparable ataque de un clan de cocodrilos con ganas de comer poco hecho. Infierno bajo el agua es un producto perfecto para una tarde de verano (otoño o invierno): fresca, sangrienta y tensa. Serie B auténtica, sin intenciones disparatadas y con un único propósito: entretener. Rodada con encanto y muy buen hacer, Aja se casca un survival horror perfectamente creíble, historia de una joven que decide ir en busca de su obsesivo padre, entrenador de juventud, cuando las autoridades recomiendan lo contrario… se avecina jarana.
Casi desde el minuto uno el director francés nos encierra en un claustrofóbico sótano, el típico de vivienda unifamiliar americana repleto de recovecos, de lugares oscuros, de engaños, tuberías y sin salidas claras. Atrapados junto a la Scodelario y a Pepper, que se mueve poco el pobre, la tensión se corta durante el breve pero constante metraje de Infierno bajo el agua. Para darle algo más de profundidad a la película, Aja aporta un enfoque de autosuperación debido a la chocante relación paternofilial entre los personajes protagonistas. Como la cosa tampoco puede dar para mucho más los guionistas Michael y Shawn Rasmussen (The Ward) adornan el film con un par de microtramas paralelas que se resuelven como es menester… así conocemos no sólo el destino de los dos protagonistas, si no que también el de un trío de aprovechados que deciden hacer el agosto en medio del caos provocado por el tornado, y el de un equipo de rescate policial, incautos.
En fin, serie B entretenida, vale la pena verse aunque es muy menor a la ultragore Piraña 3D (Piranha 3D) del propio Aja. Pretende poco, y por eso funciona.
Cartelico de Crawl… cocodrilo a la vista