Pues en esas estamos, la franquicia Alien regresa con buen sabor de boca al cine después del viaje de la Prometheus, uno que muchos desearon no haber visto nunca (yo sin embargo la disfruto una vez al año por lo menos), y ahora nos embarcamos en la Covenant y su periplo espacial colonizador de planetas con ansias de acabar terraformados, perfecta antesala (que no lo es) de lo que ya pudimos ver en otro tiempo…

Al tema. Comprendo las críticas que en su día se hicieron a Prometheus, las admito, pero este universo es tan intenso e inmenso que vaya por donde vaya raro es el proyecto cinematográfico que no acabe por entretenerte o disgustar a partes iguales, ya se sabe que nunca lleve a gusto de todos. Con esta advertencia en mente y como punto de partida, hay que reconocer que Alien: Covenant no es para nada perfecta, pero en el fondo debería dar igual cuando estamos ante un film que logra encauzar muchos de los frentes que se abrieron en el viaje de la doctora Elizabeth Shaw (Noomi Rapace). Es más, merecidamente esta película pasa a ocupar un puesto relevante dentro de una franquicia que ha sido largamente explorada y que, a diferencia de otras segundas partes, vuelve a contar con un Ridley Scott tomando de nuevo las riendas y demostrando la maestría que sigue atesorando como narrador de cine.

Personalmente creo que lo peor que se pueda decir de Alien: Covenant es lo poco sorprendente que resulta. Es difícil hablar sin desvelar, pero llega con decir que en un universo sobreexplotado, aportar novedades es francamente complejo. En cierto modo me gustaron mucho más ciertas revelaciones de su predecesora Prometheus, pero está claro que los guionistas elegidos esta vez, John Logan y Dante Harper, han optado por ir un poco más al grano que en el 2012 se dejó un tanto de lado. No sé si para bien o para mal, pero Alien: Covenant es el salto directo a la marca que mucha gente esperó ver en Prometheus. Si en aquel momento muchos pensaron menuda tomadura de pelo, en esta otros tantos comentarán que no han sabido frenar a tiempo y que la evidencia resulta hasta rocambolesca. Por otro lado, esta vez se juega con un aspecto francamente poderoso de la historia, uno que además funciona y desvela lo monstruoso que puede ser todo más allá de la propia criatura que muchos querían ver… el xenomorfo. Ya se entreveía en Prometheus, y aquí explota de la mejor forma posible. Para ello llega con contar con un doble Michael Fassbender, absoluto protagonista acompañado por un elenco de colonos que levantan un interés proporcional al que duran en pantalla. Fassbender es David y Walter, versión 1.0 y 2.0 de un mismo ser, un sintético obsesivo y uno carente de obsesiones. Seres idénticos que sin embargo no pueden ser más diferentes. Con esto se completa el 95% de la película, el resto es una monster movie francamente bien elaborada y perteneciente a un universo que todos adoramos.

¿En definitiva? Pues que bravo. Entretiene, sirve para resolver entuertos de Prometheus, sirve para que los fans de la criatura se sientan conformes, sirve para establecer lo que ha de pasar en una obligada tercera parte, etc. Sirve para muchas cosas, pero lo más importante es que sirve para seguir disfrutando de una saga pura, un icono del terror y la ciencia ficción que siempre te hará pasar un buen rato. Yo compro y seguiré comprando.

Póster de Alien: Covenant
Póster de Alien: Covenant