Cine de Cómics


Este fin de semana ha llegado a salas la última de James Gunn, director de humor grueso y sin concesiones cuya filmografía, más allá de la molona Guardianes de la Galaxia (Guardians of the Galaxy), debería ser estudiada por obras cuasimaestras dentro del gore como es La plaga (Slither), del cine de superhéroes de medio pelo y mentalmente perturbados como es Super, y de los cortos pseudo-porno como son la batería completa de "PG-Porn"… joyas. En fin, este singular director desembarca ahora en el mundo comiquero de DC, merced a unas pasajeras diferencias con Marvel Studios en cierta Comic-Con de San Diego, con El escuadrón suicida (The Suicide Squad), secuela diametralmente opuesta al fiasco parido por David Ayer en 2016.

Mr. Polka-Dot Man, Peacemaker, Bloodsport y Ratcatcher 2
Polka-Dot Man, Peacemaker, Bloodsport y Ratcatcher 2

Gunn no presenta la versión no seria, como debe ser, de este grupo de despojos dentro del interminable universo de villanos de DC Comics. Donde otros no supieron qué hacer, Gunn se afianza como cabeza visible dentro del carro de lo irreverente, lo extremo y excesivo, pergeñando una divertida aventura suicida protagonizada por personajes pirados, de chiste, o lamentables, pero a la vez entrañables y merecedores de un cálido abrazo. El escuadrón suicida en si es una película divertida, que merece ser disfrutada de principio a fin, pero que a la vez nos golpea con inevitables momentos de tedio mayúsculo. Ojo, esto no es nuevo, la secuela de Guardianes de la Galaxia sufrió de este mismo mal… metraje extendido en exceso y un guión no maduro. Por lo tanto, podríamos hacer una analogía sencilla y fácil de entender, estamos ante una película modo pizza con anchoas (siempre y cuando no te gusten las anchoas como a mi). Disfrutarás seguramente la mitad de las porciones, a las otras les meterás mano para quitar la anchoa de rigor e igual alguna de ellas directamente la desecharás por incomible. Esto mismo es lo que ocurre con El escuadrón suicida. Desde luego no es bueno, pero tampoco es para rasgarse las vestiduras ni nada por el estilo, al final todo funciona como un reloj.

Uno de los muchos momentos espectáculo del film... menuda panda
Uno de los muchos momentos espectáculo del film… menuda panda

La verdad es que uno no puede más que levantarse a aplaudir en varias de las secuencias que Gunn ha fraguado él solito. Su guión es una montaña rusa en todos los sentidos y el espectador disfruta como hacía tiempo que no se hacía de gloriosas momentos plagados de humor negro, violencia desmedida, generoso gore y estrambóticos decesos. Es por ello que uno no puede más que otorgar notas a arranque de 10, cierta secuencia body count donde intervienen Bloodsport (Idris Elba) y Peacemaker (John Cena) de 11, otra protagonizada por una superlativa y descontrolada Harley Quinn (Margot Robbie) de 12, y todos los instantes en los que salen Polka-Dot Man (David Dastmalchian) y King Shark, todos de 13 (lo de Polka-Dot Man es brutal todo)… en serio, son segmentos espectáculo paridos en su totalidad por la privilegiada mente del señor Gunn. Estas son las porciones de pizza que se disfrutan, pero todo sea dicho, que nos encontramos en medio de momentos más normales o incluso insulsos y poco relevantes. Como colofón ese gran villano: Starro es amor puro hacia los villanos más bizarros de DC, digno de la locura de Mr. Mxyzptlk, y versionado con amor por "Rick y Morty" en el episodio "Promortyus" de su cuarta temporada.

Ahí al fondo, el gran villano Starro... mejor verlo en toda su magnitud en cines
Ahí al fondo, el gran villano Starro… mejor verlo en toda su magnitud en cines

En definitiva, sea como fuere El escuadrón suicida quedará ahí, como una nueva vuelta de tuerca al cine blockbuster de superhéroes gamberro, compartiendo trono con Deadpool y su secuela. Tiene momentos gloriosos, y aunque otros son olvidables, el conjunto funciona y divierte. Más que suficiente.

Póster de El escuadrón suicida
Póster de El escuadrón suicida

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Con más de un año de retraso por culpa de esta cansina pandemia que no parece tener fin, ha llegado a los cines / Disney + Viuda Negra (Black Widow) de Cate Shortland, desconocida directora afincada en el cine germano de corte dramático cuando fue fichada por Marvel Studios para hacerse cargo del proyecto. Año y medio después de tener el film terminado podemos ver al fin el esperado regreso del MCU a los cines tras el impactante final de la Fase 3. Viuda Negra marca el punto de inicio del gran cambio que se supone será la Fase 4, y de las que si nada se tuerce veremos este año Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos (Shang-Chi and the Legend of the Ten Rings), Eternals y Spider-Man: Sin camino a casa (Spider-Man: No Way Home).

La verdad, Viuda Negra es un paso atropellado e incierto dentro del siempre dinámico, espectacular y colorido MCU. De la misma forma que ocurriera con la secuela de Ant-Man (Ant-Man y la Avispa), Viuda Negra adolece en este caso del poco apego que genera el personaje protagonista en solitario, amoldada en una historia sin verdadera fuerza, bien construida eso sí, pero que no saca el esperado jugo a lo que debería hacerlo: su impactante y molón gran villano (que no lo es) Taskmaster / Supervisor, residual de principio a fin y ensombrecido por su intrahistoria (forzada y por completo alejada de su base comiquera). Gracias a dios salva el conjunto la presencia de David Harbour enmascarado como el ridículo Guardián Rojo, ese equivalente soviético al Capitán América que, entrado en kilos y totalmente pasado de vueltas, sirve como alivio cómico al malestar general del drama de Natasha Romanoff (Scarlett Johansson), siempre molona, y su "hermana" Yelena (Florence Pugh), perfecta en sus funciones y como explotadora de la gracia que más se repite en el film.

Obviamente Viuda Negra no puede ser como el resto de films del MCU: el peso no recae sobre un ser con poderes y tampoco dispone de los medios necesarios para montar una feria pirotécnica. Tampoco se le debe pedir eso, sería muy injusto. Debe por ello ser encajada en ese conjunto de producciones más mundanas, de grandes moratones, cortes, costillas rotas y mucho dolor de cabeza. Viuda Negra se convierte así en un rip-off de cualquiera de los films de la saga de Jason Bourne o de la reciente y molona Atomic Blonde… pero sin llegar a molar tanto como estas. Sí es conspiranoica, sí monta buenas peleas, pero a nivel guión llega muy justita y encima pretendiendo rellenar unas muy largas dos horas y cuarto. Hay elementos que funcionan bien, ese inicio en los 90 al más puro estilo Un lugar en ninguna parte (Running on Empty) o el plan de dominación de Dreykov (Ray Winstone), copia / pega Treadstone, pero otros no tanto…

La nueva supreproducción de Marvel Studios se queda algo así como en un intermezzo de los del Hollywood más clásico, en una nota al pie de un conjunto cinematográfico espectacular. Sirve para introducir a un personaje que tendrá mucha importancia, Yelena, y para decirnos en qué invirtió su tiempo Natasha tras Capitán América: Civil War (Captain America: Civil War). Ni bien, ni mal.

Cartel molón de 2020 de Viuda Negra
Cartel molón de 2020 de Viuda Negra

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Sí, ayer nos dejó la muy mítica Raffaella Carrà, pero también fue ayer cuando muchos (sobre todo si acumulas ya entre 40 y 50) perdimos un pedacito de nuestra infancia / adolescencia al leer con tristeza el fallecimiento del gran Richard Donner… un director muy especial y adorado por todos al ser el responsable de muchos de los iconos cinematográficos con los que nos empapamos a lo largo de los 70, 80 y 90.

Richard Donner y Christopher Reeve en el set de Superman
Richard Donner y Christopher Reeve en el set de Superman

Curtido en la televisión con participaciones en series como "Kojak", "El fugitivo" ("The Fugitive"), "Superagente 86" ("Get Smart"), "La isla de Gílligan" ("Gilligan’s Island") o "La dimensión desconocida" ("The Twilight Zone"), el bueno de Donner no pudo tener mejor comienzo dando el salto al cine de verdad por la puerta que sólo pueden usar los verdaderos titanes de este séptimo arte. Que sí, existen X-15, Sal y Pimienta (Salt and Pepper)… pero son de esa época en la que el director estaba haciendo músculo y aprendiendo. Lo dicho, llega con recordar y comenzar a ponérsele a uno los pelos de punta.

Richard Donner y su actor fetiche Mel Gibson... 6 films juntos
Richard Donner y su actor fetiche Mel Gibson… 6 films juntos

Donner nació como lo conocemos con el terror seminal de la magistral La profecía (The Omen) con la que "debutó" en 1976, y siguió esculpiendo una carrera de ensueño merced al universo comiquero de la obra maestra Superman (y el mejor Superman II), visitando la fantasía heroica romántica de la maravillosa Lady Halcón (Ladyhawke), trasladando a la realidad nuestras más variopintas aventuras imaginativas con Los Goonies (The Goonies), creando ese otro mito del cine de acción y las buddy cop movies titulado Arma Letal (Lethal Weapon) y la también suprema secuela Arma Letal 2 (Lethal Weapon 2), cruzando el espectro de los cuentos de navidad más macabros y cómicos gracias a Los fantasmas atacan al jefe (Scrooged), o paladeando el western más molón y pizpireto con la genial Maverick. Sus últimos años de actividad directa molaron igual, el thriller paranoia Conspiración (Conspiracy Theory), el cine policíaco 16 calles (16 Blocks), que bebía directamente del mejor Eastwood y su maravillosa Ruta suicida (The Gauntlet) u otro par de Armas Letales (un poco más en rebajas).

Donner, Spielberg y dos de los niños de Los Goonies
Donner, Spielberg y dos de los niños de Los Goonies

Su cine, para ser recordado si cabe más, estuvo regado por diversas obras maestras salidas de las manos de compositores como John Williams, Jerry Goldsmith, Andrew Powell o Danny Elfman. Nos seguimos viendo señor Donner.

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Y ojo que lo dicho arriba no es malo. Resulta que Paramount y Hasbro siguen es sus trece para hacer que la franquicia G.I. Joe sea un éxito de taquilla y confirme que va más allá de la infancia de muchos de nosotros, y para ello nos traen Snake Eyes, el origen de uno de los personajes más icónicos y molones de estos héroes de plástico y viñeta… igual la primera de un reboot molón. Ojo, curioso o no, ni un plano del protagonista vistiendo la famosa máscara de Ojos de Serpiente. Lo bueno para el final.

Henry Golding encarna al famoso personaje y mola ver que un buen clan de artistas de las artes marciales se emplean a fondo para dar nuevos bríos a una franquicia infrautilizada pero siempre entretenida. Junto a Golding tenemos a Andrew Koji ("Warrior") como Storm Shadow, la nacional Úrsula Corberó ("La casa de papel") como The Baroness, Samara Weaving (Noche de bodas) como Scarlett, Haruka Abe como la inventada Akiko, Tahehiro Hira como Kenta e Iko Uwais (The Raid) como Hard Master!

Cartel genérico de Snake Eyes
Cartel genérico de Snake Eyes

Carteles molones de Snake EyesCarteles molones de Snake Eyes
Carteles molones de Snake Eyes

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Otra de las deseadas del 2021, aquí llega James Gunn demostrando lo que ya todos sabemos… es un crack. El primer trailer de The Suicide Squad es lo que se esperaba. Poco más que decir. A disfrutar y a marcar el calendario, esta hay que verla en pantalla grande. Que la suerte nos acompañe.

Los dos fabulosos carteles aparecidos hoy, ese segundo homenaje absoluto a Doce del patíbulo (The Dirty Docen).

Cartel de The Suicide SquadCartel de The Suicide Squad
Carteles molones de The Suicide Squad

Y los 12 restantes…

Cartel de The Suicide SquadCartel de The Suicide SquadCartel de The Suicide SquadCartel de The Suicide SquadCartel de The Suicide SquadCartel de The Suicide SquadCartel de The Suicide SquadCartel de The Suicide SquadCartel de The Suicide SquadCartel de The Suicide SquadCartel de The Suicide SquadCartel de The Suicide Squad

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Encantado me encuentro… así me siento tras disfrutar de la pantagruélica epopeya Zack Snyder’s Justice League. Nada para de girar en estos momentos, y tras casi cuatro intensas horas (dicen que por cosas del formato y los 25fps del PAL) no puedo más que decir que sí, esta es la Liga de la Justicia que merecíamos, y no la pergeñada, recortada e inacabada (amén de inconexa) versión del azote Joss Whedon, en connivencia con Warner Bros., porque las cosas son así.

El plantel de héroes de Zack Snyder's Justice League
El plantel de héroes de Zack Snyder’s Justice League

Pelillos a la mar no se puede negar que Zack Snyder es un director con un estilo excesivo, pero esa es su marca, así concibe él las cosas, y su cine se caracteriza por esto mismo siempre… siempre… y siempre. Por esto mismo se le puso a parir con el pastiche videojuego / videoclip Sucker Punch, pero otro tanto con Batman v Superman: El amanecer de la Justicia, etc. Haciendo uso de más metraje en slow motion que en todo el que se pueda imaginar en la filmografía de John Woo, y un formato letterbox / 4:3 que la diferencia de lo hecho antes, Snyder construye finalmente su visión, en cierto modo sorprende que se la hayan aprobado, para narrar lo que antes no se hizo: el periplo y las vicisitudes de 6 héroes unidos como son Batman (Ben Affleck), Cyborg (Ray Fisher), Wonder Woman (Gal Gadot), Flash (Ezra Miller), Aquaman (Jason Momoa) y Superman (Henry Cavill), y su batalla contra el titán Steppenwolf (la voz de Ciarán Hinds), protagonista igualmente pero esta vez en busca de redención y del perdón del supremo señor del mal Darkseid.

Darkseid, el villano en la sombra
Darkseid, el villano en la sombra

Dividida en 6 actos, esta versión cimienta su historia en los personajes, sacando del inmerecido olvido al desdibujado en su montaje previo Cyborg, y librando a Flash del servil alivio cómico, cuasi intrascendente, para convertirlo en una parte crítica de este DCEU. Explota además con estilo las relaciones no plasmadas previamente, y que aquí generan impronta propia, emotiva ya de paso, fraguando lo que estaba o está por llegar… Barry Allen, su padre (Billy Crudup) y futura pareja Iris (Kiersey Clemons), Aquaman con el melenudo Vulko (Willem Dafoe) y Mera (Amber Heard), o la totalmente borrada, y base fundamental de esta versión, de Victor Stone, a la postre Cyborg, con su madre y padre (Joe Morton). Ya de paso Zack Snyder’s Justice League concreta al fin la verdadera razón de la búsqueda de las cajas madre por parte del gran villano al que hace frente la Liga de la Justicia. Steppenwolf, expulsado de la derecha de su dios padre, reclama el perdón de este recorriendo el universo cumpliendo un castigo que le avoca a buscar, invadir, aniquilar y seguir buscando.

Steppenwolf, ahora con un propósito y redibujado en todos sus aspectos
Steppenwolf, ahora con un propósito y redibujado en todos sus aspectos

Snyder dibuja de forma más violenta, atormentada y oscura (algo diametralmente opuesto  al enfoque Whedon) esta merecida visión, donde reina la esencia del cine de superhéroes, con secuencias de acción concebidas como espectáculo, y los excesos por doquier, igualmente disfrutables. Hay espacio también para una posible expansión de este DCEU, gracias a presencias conocidas como la de Deathstroke (Joe Manganiello), y otras inesperadas / sabidas como la del Detective Marciano (Harry Lennix), que sirven para asentar la idea que esos sueños apocalípticos deberían seguir dando forma a una saga que, una pena, nunca se verá.

El ahora presente encuentro entre Barry Allen e Iris West
El ahora presente encuentro entre Barry Allen e Iris West

Por lo tanto, es esta Zack Snyder’s Justice League un producto inacabado, uno que si los astros hubieran acompañado a su verdadero padre en su personalmente fatídico 2017, habría terminado convertido en un gargantuesco producto de 12 horas por lo menos… ideal para ser odiada por haters de primera, y para ser encumbrada por el fandom más extremo. Sea como fuere Zack Snyder’s Justice League es el complemento ideal para un universo extendido con estilo propio y perfectamente construido sobre unos pilares de personalidad y estilo. No es una obra maestra (no lo pretende), pero tampoco una mierda infecta (pese a quien pese)… es una película para ser disfrutada de principio a fin y ponerla en su merecido lugar en este universo DC.

Cartel de Zack Snyder's Justice League
Cartel de Zack Snyder’s Justice League

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Se esperaba en febrero como agua de mayo. Aquí está el nuevo trailer de La Liga de la Justicia de Zack Snyder (Zack Snyder’s Justice League), la de verdad, la de Zack Snyder y no la de Joss Whedon. Tenemos además sinopsis oficial:

Bruce Wayne (Ben Affleck) está decidido a asegurar que el último sacrificio de Superman (Henry Cavill) no ha sido en vano, y une sus fuerzas con Diana Prince (Gal Gadot) para reclutar un equipo de metahumanos junto al que proteger al mundo de una inminente amenaza de proporciones catastróficas. La tarea resulta más difícil de lo que Bruce imaginó, ya que cada uno de los reclutas debe enfrentarse a sus propios demonios del pasado para poder seguir adelante, y así agruparse y formar una liga de héroes sin precedentes. El problema es que, aunque unidos, Batman (Affleck), Wonder Woman (Gadot), Aquaman (Jason Momoa), Cyborg (Ray Fisher) y Flash (Ezra Miller) puede que lleguen demasiado tarde para salvar al planeta de Steppenwolf, DeSaad, Darkseid y sus terribles intenciones.

De aquí en un mes y un poquito... La Liga de la Justicia de Zack Snyder
De aquí en un mes y un poquito… La Liga de la Justicia de Zack Snyder

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Ala, ya hemos cambiado de año. Veremos ahora como nos respeta la situación. De cara a este 2021, la verdad, he elegido 20 como podía haber elegido 35 o 50… hay muchísimo cine dónde elegir, mucho debió ser visto el año pasado, En un barrio de Nueva York (In the Heights), Sin tiempo para morir (No Time to Die) o Antlers, mucho de lo nuevo me apetece, y seguramente alguna de estas no llegaremos a verla estrenada en sala grande, aunque espero que no sea así. Al tema…

Unas cuantas esperanzas para el 2021
Unas cuantas esperanzas para el 2021

Como decía toca recorrer 20, pero luego daré rienda suelta a otras muchas que creo que merecerá la pena ver.

El escuadrón suicida (The Suicide Squad) de James Gunn. ¿El universo DC más loco en manos de un tipo como Gunn? Compro. Poco que decir, un fregado inmenso repleto de personajes variopintos y poco conocidos. Encabezados por la omnipresente Harley Quinn (Margot Robbie), destacan las presencias de Peacemaker (John Cena), Polka-Dot Man (David Dastmalchian), T.D.K. (Nathan Fillion), The Thinker (Peter Capaldi) y un larguísimo etcétera de desechos de los fondos de librería de la factoría DC.

Dune de Denis Vileneuve. Primera que rescato de las esperanzas del año pasado y la gran superproducción con la que debimos despedir 2020. Nueva adaptación del clásico relato de Frank Herbert con un reparto de dimensión estratosférica. Adaptada por Eric Roth, Jon Spaihts y el propio Villeneuve, y protagonizada por, redoble de tambores: Timothée Chalamet como Paul Atreides; Rebecca Ferguson como Lady Jessica; Dave Bautista como "La bestia" Rabban; Stellan Skarsgård como el barón Harkonnen; Charlotte Rampling como Gaius Helen Mohiam; Oscar Isaac como el duque Leto Atreides; Zendaya como la fremen Chani; Javier Bardem como el fremen Stilgar; Josh Brolin como Gurney Halleck; Jason Momoa como Duncan Idaho… alucinante.

Last Night in Soho de Edgar Wright. Otra del año pasado que caerá en este. Todo lo que sale de manos de Wright debe ser visto y adorado. Una joven (Anya Taylor-Joy) apasionada por el diseño de moda entrar misteriosamente en la década de 1960 donde se encuentra con su ídolo (Matt Smith), un deslumbrante aspirante a cantante. Pero el Londres de los 60 no es lo que parece, y el tiempo parece desmoronarse alrededor de la protagonista. Completa el reparto Thomasin McKenzie (Jojo Rabbit).

Old de M. Night Shyamalan. Dicen que el proyecto secreto de Shyamalan se centra en la obra comiquera "Castillo de arena" de Frederik Peeters y Pierre Oscar Lévy. Dicen que podría presentarnos a trece personajes que descubren un cadáver en una playa donde la realidad va deformándose y han de enfrentarse a un destino que se les escapa como arena entre los dedos. En el reparto, también notable, aparecen Rufus Sewell, Abbey Lee, otra vez Thomasin McKenzie, Embeth Davidtz, Ken Leung, Vicky Krieps, Gael García Bernal o Alex Wolff.

Willy’s Wonderland de Kevin Lewis. Primera gran rareza de la lista. Terror en el parque de atracciones, horror causado por muñecos animatrónicos sedientos de sangre. Nicolas Cage protagoniza esta serie B, independiente, y seguro primera flipada de este año. Poco más se puede contar, Cage se ha ganado nuestro corazón en cuanto a actor todoterreno, que tanto vale para un roto (Jiu Jitsu) como para un descosido (Primal), pero también para protagonizar de año en año una de las mejores (Color Out of Space, Mandy, Mamá y papá…). ¿Hay ganas?

Mortal Kombat de Simon McQuoid. Todo apunta a que será la gran adaptación del icónico videojuego de la extinta Midway Games que todos esperamos (respetando siempre la imperecedera obra de Paul W.S. Anderson). Produce James Wan, lo que asegura buenos resultados ya que todo lo que toca el maestro Wan es oro. Que además hayan depositado toda la esperanza en McQuoid, director debutante, augura sangre fresca… y nunca mejor dicho.

Boss Level de Joe Carnahan. Carne de Hulu en este 2021, pero seguro que una de las joyas imposibles de este nuevo año. Carnahan es un tipo singular, Ases calientes (Smokin’ Aces), Infierno blanco (The Grey) o la inclasificable Giro inesperado (Stretch), y dirige / escribe este film que fusiona Atrapado en el tiempo (Groundhog Day) con la acción más disparatada e hiperactiva. Anotada a fuego.

Candyman de Nia DaCosta. Pese a todo el odio que se profesa hacia ella, para mi uno de los remakes más interesantes del 2020 que veremos en 2021. Jordan Peele apostó por la desconocida DaCosta a hacer algo que nadie esperaba que se hiciera… un remake / reboot / reconcepción del clásico relato corto "Lo prohibido" de Clive Barker. Veremos qué nos ofrecen, en este nuevos siglo las cosas no son como en el pasado y desde luego Candyman no será lo mismo que cuando lo encarnó Tony Todd. Protagoniza Yahya Abdul-Mateen II.

Army of the Dead de Zack Snyder. Muertos vivientes, Las Vegas y el regreso de Zack Snyder a SU cine, tras unos años apartado de las cámaras por luctuosos acontecimientos. De nuevo libertad para hacer lo que más le gusta y nosotros al otro lado disfrutándolo. Tras un brote de zombis en Las Vegas, un grupo de mercenarios se la juegan a entrar en la zona de cuarentena para llevar a cabo el mayor atraco jamás intentado. Film Netflix del año que protagoniza Dave Bautista.

Malignant de James Wan. Otro que regresa, pero esta vez al terror. Tras unos últimos años dedicados a Aquaman, otro episodio de la saga The Conjuring con Expediente Warren: El caso Enfield (The Conjuring 2: The Enfield Poltergeist) y Fast & Furious 7, Wan vuelve para ofrecernos una idea original dentro del género que mejor maneja (aunque todo lo que toca se convierta en oro). Película misterio de la que poco se sabe a estas alturas.

Veneciafrenia de Álex de la Iglesia. Primer proyecto del misterioso proyecto The Fear Collection que De la Iglesia cerró el año pasado con Sony. En el reparto están Ingrid García Jonsson (Sweet Home), Silvia Alonso (Durante la tormenta), Cosimo Fusco ("30 Monedas"), Enrico Lo Verso (Hannibal) y Armando di Razza, el mítico Cavan de El día de la bestia. Los habitantes de Venecia deciden aplicar un violento correctivo a los turistas que destrozan la ciudad día a día.

The Many Saints of Newark de Alan Taylor. Me llama la atención esta… precuela de "Los Soprano" ("The Sopranos"). El creador de la serie David Chase apuesta por contar los años mozos de Tony Soprano, interpretado por Michael Gandolfini, hijo del gran James, contando con gente como Jon Bernthal, Vera Farmiga, Billy Magnusen, Ray Liotta, Corey Stoll o Alessandro Nivola. Curiosidad, a ver qué sale, si un truño o una historia fresca en los barrios de Newark.

Spiral: From The Book of Saw de Darren Lynn Bousman. Nuevo proyecto misterio, si un reboot, si una secuela directa, si una precuela, o algo sin mucho sentido. Lynn Bousman fue director de varias de las películas de la franquicia, salvajes todas ellas, o del genial musical Repo! The Genetic Opera. Luego no es que lograra regresar a su mejor forma, pero resulta que Chris Rock contó con él para regresar a este grotesco universo.

Pequeños detalles (The Little Things) de John Lee Hancock. Thriller al uso, con un reparto sólido de primeras figuras como Denzel Washington, Jared Leto y Rami Malek. En ella un sheriff (Washington) y un detective de homicidios (Malek) han de colaborar juntos para intentar dar caza a un asesino en serie (Leto). Segura sota, caballo y rey, pero de las que dejan buen recuerdo.

Prisioners of the Ghostland de Sion Sono. Desde el minuto cero que la anunciaron en 2019 la coloqué en lo más alto de mis deseos para el 2020, y tras el primer año de COVID, ahora en 2021. Nicolas Cage encarnando a un famoso criminal, Hero, que es enviado a rescatar a una joven secuestrada (Sofia Boutella) que ha desaparecido en un oscuro universo sobrenatural. Allí deberá romper la maldición que la ata y escapar de los misteriosos seres que gobiernan Ghostland. Seguro que se verá en Sitges 2021. El resto del reparto no está nada mal: Ed Skrein, Bill Moseley o Nick Cassavetes. Y ojo, música de Joe Trapanese.

In The Earth de Ben Wheatley. Mientras el mundo busca una cura para un desastroso virus, un científico y un guardabosques se aventuran en las profundidades de un bosque, que si no, para realizar unas pruebas de rutina de la investigación del primero. Conforme cae la noche, el viaje se convierte en un aterrador periplo por el corazón de la más profunda oscuridad, y ya de paso con el bosque cobrando vida a su alrededor. Protagonizan Joel Fry (Yesterday), Ellora Torchia (Midsommar), Hayley Squires (In Fabric), y Reece Shearsmith (A field in England).

Pinnochio / El callejón de las almas perdidas (Nightmare Alley) de Guillermo del Toro. Viendo el colapso que hay dudo que la segunda se estrene este año (además creo que terminaron de rodar en diciembre). Por lo tanto me quedo con Pinnochio, musical stop-motion en el Del Toro ha estado trabajando largo y tendido. De aquí sólo puede salir una genialidad.

The Green Knight de David Lowery. Otra de esas que han visto su estreno aplazado. Apunta en lo visual a abrumadora. El director de la infinita A Ghost Story, y de la que podría pasar por su "precuela" En un lugar sin ley (Ain’t Them Bodies Saints), pretende contarnos la fantástica historia medieval de Sir Gawain y el Caballero Verde pero reimaginada. De nuevo un reparto sólido con Dev Patel, Alicia Vikander, Joel Edgerton y Sean Harris. Veremos.

Black Adam de Jaume Collet-Serra. Aunque todavía tenemos pendientes tropecientas del MCU (Viuda Negra, Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos, Los eternos y el tercer film del Spider-Man de Tom Holland en solitario), y si contamos Justice League de Zack Snyder como un reestreno matizado, dentro del espectro comiquero es, junto a El Escuadrón Suicida, Black Adam la otra que más llama la atención. Dwayne Johnson como protagonista total de este film donde veremos a la JSA tomando forma.

Si Buta dari Gua Hantu: Mata Malaikat de Timo Tjahjanto. El toque exótico porque nunca defrauda. Del director de Que el diablo te lleve (Sebelum Iblis Menjemput) y su secuela Sebelum Iblis Menjemput: Ayat Dua, del responsable de las cintas de acción extremo Headshot y, sobre todo The Night Comes for Us. Supongo que se acabará estrenando, o puede que no, en Sitges 2021. Dicen que protagoniza Iku Uwais. Basado en un cómic indonesio creado en 1967 y con una historia de leyenda en ese país, por lo que se puede armar la marimorena. Artes marciales a saco, un ciego como protagonista.

Por ahí también llaman mi interés: el terror de Censor de Prano Bailey-Bond, la acción de nivel de Mission: Impossible 7 de Christopher McQuarrie, la paranoia de Knocking de Frida Kempff, la intrigante comiquera Los Eternos (Eternals) de Chloé Zhao, el film de acción / ciencia ficción llegado de Sitges Archenemy de Adam Egypt Mortimer,la reinvención Justice League de Zack Snyder, la comedia apocalíptica Don’t Look Up de Adam McKay, el regreso del pasado Top Gun: Maverick de Joseph Kosinski, la animación salida de Pixar Luca de Enrico Casarosa, el regreso de la saga The Matrix de Lana Wachowski, o el homenaje al mundo de la prensa de La Crónica Francesa (The French Dispatch) de Wes Anderson.

 

Este año ha sido atípico. Operado por suerte de una hernia de disco a principios de marzo, lo que iba a suponer un corto periplo sin ir al cine, se convirtió en tristeza general con la llegada del maldito COVID-19. Justo una semana después de pasar por quirófano, la ausencia temporal alcanzó niveles eternos y globales… y seguimos. Pese a todo, el mundo del cine ha seguido ofreciendo buenas propuestas, historias para disfrutar y, sobre todo, para dar forma al ya clásico top de final de año. Ojo, como siempre el top no sigue un orden, sencillamente son las 10 + 1 que os quiero recomendar.

Las 10 de Uruloki en 2020
Las 10 de Uruloki en 2020

Possessor Uncut de Brandon Cronenberg. Una de las gratas sorpresas de este año. Ganadora de Sitges 2020 y segunda película del hijo de David Cronenberg tras Antiviral, 2012. Excesiva, muy violenta, transgresora y altamente perturbadora. La invasión corporal como leit motiv de una empresa de asesinos que se cuelan en la mente de incautos para cambiar el rumbo de las grandes corporaciones. Uno necesita verla para disfrutarla.

Tenet de Christopher Nolan. Pues sí, junto con Wonder Woman 1984 única película que he visto en cines en esta pandemia. Puro Nolan, film de espías en dos direcciones. Sesuda, elaborada, detallista e intrincada. Un lío genial con una historia de esas que el director británico se saca de la manga para rizar el rizo a niveles difícilmente imaginables. Nuevamente se juega con el tiempo, el futuro, el pasado y el presente, sin tener muy claro qué ves en cada momento y, sobre todo, hacia dónde te diriges.

VFW de Joe Begos. Deliciosa modernización de la clásica historia de apaches acosando a un grupo de cowboys, o directamente un nuevo homenaje al Río Bravo (Rio Bravo) de Howards Hawks, o más directamente una revisión de aquel Carpenter debutante en la magnífica y negativa Asalto a la comisaría del distrito 13 (Precint 13). Esta vez un grupo de veteranos hacen frente a una banda de traficantes, armados hasta los dientes y drogados hasta las cejas. Despiporre violento, gore, salvaje y sobrado. Una joya.

Sesión Salvaje de Julio Cesar Sánchez y Paco Limón. El gran documental. Viaje necesario por el cine de serie B / Z autóctona, por el western rodado en Almería, el gore patrio, las drogas duras, el destape y la famosa clasificación S, el fantaterror y un largo etcétera. Entretenido hasta decir basta, pegadizo hasta darte ganas de grabártelo en la retina para verlo una y otra vez. Todo regado con una canción mágica de Javier lbarrán. Obligada para saber más de nuestro cine.

Vicious Fun de Cody Calahan. Otra más vista en Sitges 2020 y sincero homenaje al cine de terror de serie B que todos hemos mamado desde hace muchos años. Historia de un bloguero que se cuela en una reunión de alcoholic… digo asesinos en serie. Todos los estereotipos del género, comedia, algo de gore y bastante humor. Bajo presupuesta pero ya lo dice su titulo: viciosamente divertida.

Jo Jo Rabbit de Taika Waititi. Estrenada allá por enero, y ganadora del Oscar al Mejor Guión Adaptado. Comedia triste, surreal y protagonizada por un niño que no tiene un tigre de peluche como amigo imaginario… si no al mismísimo Adolf Hitler. Ya de paso metes a Yorki en el film, esa especie de Russell salido de Up, y lo acompañas por un reparto molón y que muestra un universo nazi variopinto, triste pero optimista, plagado de odio pero esperanzador. El reparto genial con la Johansson o Sam Rockwell dándolo todo y acompañados por el propio Taika Waititi, el chaval Roman Griffin Davis o Thomasin McKenzie.

Mandibules de Quentin Dupieux. Si ves cine de Dupiex AKA Mr. Ozzio entonces estás viendo seguramente una de las películas más inclasificables del año y, por ende, 101% recomendable. Dos colegas, a cada cual más tonto, una mosca gigante, un objetivo inconcebible y una serie de personajes accesorios geniales. Breve y directa, graciosa y necesaria. De esas que si hay oportunidad uno de no debe perderse.

Color Out of Space de Richard Stanley. De nuevo cine independiente y aroma a Sitges, pero 2019. Estrenada en agosto de este año es el retorno de Richard Stanley al cine tras casi desaparecer fagocitado por La isla del Dr. Moreau (The Island of Dr. Moreau). Inclasificable adaptación del homónimo relato de H.P. Lovecraft, y perfecta en todos los sentidos. Transformadora y gore a partes iguales, con un Nicolas Cage haciendo frente a la aterradora espiral de deformación en la que se cuela su familia tras la caída del famoso meteorito. Queremos más Stanley visitando el universo Lovecraft.

La caza de Craig Zobel. La película maldita del 2019 que fue estrenada en 2020. En mundo de los mentideros de Reddit, Twitter o YouTube, de las fake news y lo que provocan en esos igualmente famosos leaks (gamergate, celebgate y otros tantos), llevado al extremo de la venganza contra aquellos que han lanzado el rumor… pero claro, con una curiosa equivocación que da lugar a la entrada de la deslumbrante y psicotrónica Betty Gilpin, la brutal wrestler fémina Debbie de "GLOW". Muertos por minuto igual a muchos. Otra que ha sido un gustazo ver.

El diablo a todas horas de Antonio Campos. No sé si la más inesperada de las que pongo aquí, pero desde luego un film destructivo y desmoralizante. Adaptación de una de las obras de Donald Ray Pollock, y periplo por un mundo plagado de suciedad, seres infectos, deleznables, crueles y grotescos. Tristeza de dimensiones catastróficas engrandecida por mala suerte, crueldad, corrupción, y mediocridad. Negativa de principio a fin, por ello lo del diablo a todas horas.

Cartel de Soul
Cartel de Soul

Soul de Pete Docter y Kemp Powers. Incorporación de última hora, de hecho se ha estrenado el 25 de diciembre en Disney+. Entre tanto film oscuro, siniestro, violento y negativo, el film positivo del año, y una nueva joya / obra maestra salida de la factoría Pixar. Un sobresaliente canto al simple hecho de vivir, sin necesidad de objetivos a llevar a cabo, retos personales o propósitos. Divertida, emotiva, entrañable, graciosa, pizpireta y repleta de buenas sensaciones. Así uno cierra el año cinematográfico de mejor humor.

Y ya está. Las 10 + 1 que quería destacar quedan sobre la mesa. Pero en este 2020 hemos tenido otras muchas cosas para disfrutar. Hace no hace mucho Wonder Woman 1984, y ya más lejanas la lovecraftiana Underwater, pasando por la no menos marina El faro, la hiperactiva Guns Akimbo o la socialmente terrorífica El hoyo, triunfadora de Sitges 2019. Hubo también espacio para revisar clásicos como Terror en el espacio, Robot Jox, Humanoides del abismo, Campamento sangriento, Repo Man, El imperio de la muerte, Las garras de Satán, El regreso de los muertos vivientes o Kung-Fu contra los 7 vampiros de oro.

Ojo, de aquellas esperanzas del 2020, ocho se han quedado en el tintero para… el 2021 (espero): Dune, Last Night in Soho, Candyman, Prisioners of Ghostland, En un barrio de Nueva York (In the Heights), Sin tiempo para morir (No Time to Die) y Antlers, esta despreciada y desaparecida del todo. En fin, a seguir mirando hacia adelante…

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En todas partes cuecen habas, y desde luego en las oficinas de Warner Bros. Pictures saben de sobra cómo hacerlas a fuego lento. Patty Jenkins regresa a los mandos de la primera secuela del hit taquillero Wonder Woman de 2017, propuesta fresca y casi perfecta que confirmó a Gal Gadot como ideal Diana Prince, y elemento crucial dentro del ahora supuestamente extinto DCEU. Tres años después de amasar más de 800 millones, Wonder Woman 1984 da un paso adelante en el tiempo, y dos atrás en su dimensión, llevando al espectador a entretenerse durante unas largas dos horas y media de histrionismos dignos de esa década plagada de color, extravagancia, nostalgia y tecnología obsoleta.

Como punto de partida Wonder Woman 1984 ofrece al respetable un arranque espectacular, fresco, entretenido e inesperado. Un arranque centrado en un breve instante de la formación de la Diana niña, en esa Themyscira de amazonas y dioses a los que rendir culto y temer. A golpe de maestría y durante una introducción que debe rondar los 5 minutos, la Jenkins pergeña una secuencia que te deja anonadado por la picardía de esa joven Diana y merced al tema central del film compuesto por Hans Zimmer, y que invita a vibrar sentado en la butaca del añorado cine. El problema es que ese inicio enciende al espectador y pone el listón a un nivel excesivamente alto que no se logrará mantener durante los restantes 145 minutos. Cosas que pasan.

Wonder Woman 1984 se apoya de forma inteligente, y obvia, en los mimbres que llevaron al éxito a su predecesora: plagar la película de buen rollo, química entre sus personajes y cierto aspecto naif que la hacen encantadora… aunque a la Gadot no le hace falta nada más para seguirlo siendo. Recupera para ello a viejos personajes, ahí tenemos de nuevo y bien justificado a Steve Trevor (Chris Pine), y nos presenta un nuevo par, la cerebrita Barbara Minerva (Kristen Wigg), y el casi telepedricador y maestro del engaño piramidal Maxwell Lord (Pedro Pascal). Lo ingenuo y buen rollista se demuestra con escenas que merecen ser mencionadas como la secuencia del atraco en el centro comercial, presentación pública de Wonder Woman en esos años 80, y que recuerda a la simpática escena de los atracadores del Superman de Donner (los del barco delante de la comisaría), o todos los instantes en los que nuestra heroína corre que se las pela, momentos que de nuevo nos retrotraen a otra era y en donde el aspecto de la Gadot , salvando las evidentes distancias, hacen que veamos a la mismísima Lynda Carter dándolo todo… Del mismo modo el film bebe de los cómics y las propuestas más estrambóticas y dignas de homenaje de su era dorada. Ahí está el jet invisible que el personaje usaba para desplazarse. Obviamente la continuidad no es posible, pero es un gustazo verlo en pantalla como amable guiño.

Pero como ya comentaba en todos lados cuecen habas, y las cosas buenas de WW84 están rodeadas por otras que no lo son tanto. La película acaba perdida entre el mayor de los caos, ya sea por la vertiginosa evolución del gran villano Lord, una vorágine de caos incontrolable, excentricidad extrema y cierto aburrimiento obsesivo, o la tardía y subexplotada transformación de Minerva en uno de los icónicos personajes del universo DC, difusa ya de paso en el ya clásico despiporre y atronador exceso visual a tropecientos más frames por segundos del que el cerebro humano puede soportar. Wonder Woman 1984 sufre más que su predecesora, que ya es decir, en el aspecto villanil, llegando a rozar cierta penuria de este factor tan necesario en el cine de superhéroes.Ya de paso se extiende tanto como el látigo de la verdad en el tormento del personaje, resultando algo cansino visitar el aspecto más psicológico de la superhéroe.

En fin, Wonder Woman 1984 entretiene, eso es innegable, pero desde luego no alcanza los niveles logrados por la película de 2017, dejando cierto sabor agridulce en un año donde el cómic convertido en cine nos ha convertido en huérfanos con ganas de más. A ver si no morimos de exceso en 2021… aunque no lo creo.

Colorido cartel de Wonder Woman 1984, los 80 están aquí
Colorido cartel de Wonder Woman 1984, los 80 están aquí

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Publicado por Uruloki en

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