Sáb 14 Nov 2020
La directora francesa Claire Denis, 74 primaveras la contemplan y una carrera asistiendo a la dirección de grandes nombres como los de Costa-Gavras, Jim Jarmusch o Wim Wenders, se embarca en una historia de ciencia ficción oscura, incómoda, sucia y truculenta pero, a su vez, y por qué no decirlo, embaucadora.
En High Life, disponible en la plataforma Filmin, nos trasladamos a una nave perdida en medio del espacio. En ella Monte (Robert Patinson) y Willow (Jessie Ross), los dos últimos tripulantes, sobreviven abandonados a su suerte. Pero no siempre estuvieron solos: Monte es miembro de un grupo de condenados a muerte que aceptaron conmutar sus sentencias a cambio de participar en una misión (evidentemente suicida) con destino al agujero negro más cercano a la Tierra. Su objetivo: encontrar una fuente de energía definitiva que ayudaría a la supervivencia del planeta, al tiempo que servían como cobayas de un experimento de gestación "asexual" controlado por la supuestamente única "normal" del grupo, Dibs (Juliette Binoche). Willow es su hija…
La Denis nos embarca en un viaje sin retorno que transcurre en diferentes momentos temporales. Somos a la vez espectadores del desenlace del viaje, de su principio y del desesperante y grotesco transcurso del mismo… así bien entrelazadito. Saltando adelante y atrás con el freno puesto, se nos invita a comprender el destino de los protagonistas, viendo como nuestros conejillos de indias son expuestos al aislamiento forzado, la autodestrucción, y la insatisfacción sexual merced a las grotescas intenciones de un plan comandado por una mad doctor de larga melena y mucho tiempo libre. Vale, no se puede negar: High Life es rara. Excesivamente pausada, sexual, violenta, y especialista en sacar a flote aspectos controvertidos, pese a todo tiene un algo que acaba manteniéndote atento. Será el desasosiego de sus personajes, o la sensación permanente de soledad y fatalismo. Son estos aspectos tan oscuros y melancólicos los que hacen que veas ensimismado las malas sensaciones que recorren los cuerpos del mencionado Pattinson, triste, André Benjamin, resignado, o Mia Goth, frustrada y castigada.
Uno de los pósters de High Life