Opinión


Los avances promocionales la Paramount Pictures son siempre un evento de obligada visita, aunque solo podamos disfrutar de 15 minutos de metraje. Hoy, día 7 de Junio, en los Cines Proyecciones de Madrid ha tenido lugar un encuentro con medios para promocionar el próximo lanzamiento de Transformers: el lado oscuro de la luna (Transformers: Dark of the Moon, 2011), que llegará a nuestras pantallas el cercano día 29 de Junio.

A apenas un mes de su estreno, la compañía nos ha regalado unas perlas promocionales para aumentar nuestras ganas de ver esta última súper-producción de Michael Bay. El director vuelve a ponerse tras las cámaras en esta tercera película de la saga con un objetivo claro: que todo sea más espectacular. Por ello decidió que era el momento de grabar en 3D y, apoyándose en los aprendido por James Cameron para Avatar (2009), explotar esta nueva tecnología en la gran pantalla mezclando sus robots gigantes con seres humanos. Tanta ha sido la unión entre ambos directores que hace un par de semanas se sentaron a charlar en EE.UU. antes de los minutos que hoy hemos podido ver y hablaron de esta conexión, de las ganas de impresionar y de crear un espectáculo visual más allá de lo imaginable. Y lo han conseguido.

Cartel de Transformers: el lado oscuro de la luna
Cartel de Transformers: el lado oscuro de la luna

Entre lo visto ha habido cerca de 15 minutos de escenas sueltas simplemente mostradas para enseñarnos lo impactante del trabajo en 3D. Los primerísimos primeros planos que Bay siempre nos dedica son perfectos para esta tecnología, permitiendo hacer más capas de profundidad. Siempre algo parece a punto de sobresalir de la pantalla para ver detrás un plano medio sobre una escena en el fondo, tres partes que el 3D potencia y que hacen de Transformers: el lado oscuro de la luna una experiencia digna de verla en este formato. Personalmente me ha impactado mucho una escena en la que un grupo de militares saltan desde un avión, los primeros planos de ellos y el fondo muy lejano de los edificios y el suelo es digno de mención. Por lo demás los Autobots y los Decepticons están cada vez están mejor hechos, sus transformaciones son más fluidas e interactúan mejor con las personas. Pero ahora el enemigo es mucho mayor y tendrán que esmerarse para defender La Tierra y sus nuevos aliados.

Parte del metraje visto han sido los 5 minutos introductorios del filme (hasta los títulos de crédito), un montaje posiblemente final que apenas nos ha permitido ver algo de la historia. Tal como sabemos del trailer definitivo, mostrado hace un par semanas, la historia parte del viaje del Apolo XI y la carrera espacial de los años 60. Según la mitología desarrollada en esta saga Estados Unidos, con John Kennedy como presidente, apoyaron el proyecto por haber detectado un impacto en La Luna. Algo que, sin duda, demostraría la existencia de vida extraterrestre y que daría al primero en llegar al satélite infinitos conocimientos. Neil Armstrong no solo viajará así para hacer historia, si no para encontrar la nave impactada y traer algo de ella, algo que acabará desatando una guerra que podría acabar con el ser humano. Poco sacamos de este avance de lo rescatado de la nave, pero sabemos que en la guerra final entre Autobots y Decepticons ese vehículo transportaba algo clave para acabar el enfrentamiento.

Como último dato curioso del avance mencionar la interacción de imágenes antiguas con nuevas, que nos permiten revivir a Kennedy o Nixon al más puro estilo Forrest Gump (1994). Habrá que estar atentos porque promete ser un blockbuster del verano (si el guión da de sí).

xMeNux (ExpedientesX.es) en representación de Uruloki :: Blog

Publicado por Uruloki en
 

No puedo negar que desde el momento en el que vi que X-Men: Primera Generación (X-Men: First Class, 2011) sumaba a Matthew Vaughn como responsable de la dirección del proyecto mi interés por el film subió como la espuma. Las esperanzas siguieron creciendo cuando Jane Goldman, colaboradora de Vaughn, se unió a Ashley Miller, Zack Stentz y el propio Vaughn en la escritura del guión. Más y más me emocioné al ver que 20th Century Fox y Bryan Singer apostaban fuerte por este reboot de la saga mutante cuando actores de peso como James McAvoy, Michael Fassbender o el veterano e indestructible Kevin Bacon se incorporaron a un película comiquera que, poco a poco, ofrecía detalles de su argumento demostrando que iba a ser una concepción diferente al habitual desarrollo de una obra basada en material de cómic. Y en estas se estrenó… ayer llegó a las pantallas de medio mundo X-Men: Primera Generación, un punto y a parte en el universo de la Patrulla X que además deja claro que cuando se tiene un buen guión entre las manos, para hacer buen cine no hace falta ni sobrecarga de efectos digitales ni el cansino 3D. Por que si, X-Men: Primera Generación es muy buena, probablemente de lo mejorcito que se ha hecho hasta el día de hoy dentro del infinito universo que da forma a Marvel, y una obra alejada de la habitual monotonía de la viñeta cinematográfica al fusionar géneros tan apartados de si misma como el político, el de espías e incluso el de la Guerra Fría. Vaughn además saca a relucir sus mejores habilidades y sorprende a todos con un metraje para nada corto, 132 minutos del ala, donde destaca un dinámico montaje que logra mantener al espectador pendiente de cada uno de los acontecimientos que tienen lugar en el film. Encima, y para rizar más el rizo, el director va dejando caer pinceladas que harán las delicias de los fans de los mutantes, detalles que además van surgiendo magistralmente vinculados a una historia fresca y cercana en su práctica totalidad al subgénero de los agentes secretos.

Cartel de X-Men: Primera Generación
Cartel de X-Men: Primera Generación

Mediados de la Segunda Guerra Mundial. Tras demostrar de lo que es capaz, un joven Erik Lehnsherr permanece encerrado en un campo de concentración y allí es estudiado por un despiadado doctor nazi llamado Klaus Schmidt / Sebastian Shaw (Kevin Bacon). Al mismo tiempo en la campiña inglesa un también joven Charles Xavier descubre a una niña mutante llamada Raven que se cuela en su casa para robar comida. Los años pasan, estamos en plena Guerra Fría y mientras Lehnsherr, superior Michael Fassbender, se dedica a dar caza a aquellos que acabaron con su familia en el campo de concentración donde fue descubierto, Xavier, interesante James McAvoy, y Raven, mola Jennifer Lawrence, se dedican a buscar a sus iguales. Al tiempo, una agente de la CIA llamada Moira McTaggert (Rose Byrne) se cuela en el local que Shaw posee y allí descubre el inicio de una extraña conspiración para provocar un enfrentamiento entre las dos superpotencias mundiales del momento, URSS y USA, y a sorprendentes seres con extraños poderes como Azazel (Jason Flemyng), Emma Frost (January Jones) y Riptide (Álex González). Entramos en los prolegómenos de la Crisis de los misiles cubanos y por casualidades de la vida los caminos de Xavier y Lehnsherr se cruzan. Es el inicio de lo que años más tarde será conocida como la Patrulla X, pero por ahora asistimos al nacimiento del levantamiento mutante y su primer gran reto… evitar la Tercera Guerra Mundial y dar caza al mutante conocido como Sebastian Shaw.

La verdad es que iba haciendo falta algo como esto. Vaughn es un director que no para de dar pasos firmes en su corta carrera como director. Primero fue Layer Cake (2004), luego llegó Stardust (2007), el año pasado Kick-Ass (2010) y este 2011 nos sorprende con X-Men: Primera Generación, una revitalización de la saga mutante que tan bajo había caído tras las poco acertadas X-Men: la decisión final (X-Men: The Last Stand, 2006) y X-Men orígenes: Lobezno (X-Men Origins: Wolverine, 2009). Estamos ante un film visualmente espectacular, que aborda una historia poco usual llevando al espectador de la habitual parafernalia comiquera a un entorno más creíble e históricamente familiar. Acompañado por una banda sonora que decora de forma excelente todo el metraje, salida de las manos de Henry Jackman, se demuestra que puedes contar una aventura a la altura de cualquier otra obra de género diferente sin necesitar del apoyo de tecnología que ciegue al respetable y, peor todavía, trate de ocultar las carencias en otros aspectos fundamentales a la hora de ofrecer un buen producto. No, con un buen guión y un reparto compensado, además de un director que sabe lo que quiere ofrecer, es suficiente. Además, Vaughn tampoco quiere centrarse en un público objetivo y además de esos guiños que los incondicionales de los X-Men agradecerán, aprovecha para dar a conocer a otros mutantes que puede que en los verdaderos orígenes no fueran tan conocidos pero que hoy en día han ganado de alguna forma protagonismo. Internamente la película se divide en tres fases, una primera magnífica donde se narran todos los acontecimientos que tiene lugar hasta el primer encuentro entre Xavier y Lehnsherr. Acontecimientos de paso alejados por completo del término "comiquero". Eso si, luego da el salto a la presentación mutante en general para desembocar en el necesario protagonismo de lo que verdaderamente representa la trama de la película.

Lo dicho, de lo mejor de Marvel y nada deudora de X-Men (2000) o X-Men 2 (2003). Hará las delicias de todos los fans de los personajes y sorprenderá a más de uno de los que no veía en este reboot posibilidad alguna de recuperación tras los dos últimos intentos.

Publicado por Uruloki en
 

El pasado 9 de febrero, visto así hay que reconocer que ya ha llovido, tuve la ocasión de comenzar a leer la novela "Una de Vampiros" del curioso y dicharachero Martín Piñol. Como bien puntualizo "tuve", porque como me embarco en cien mil proyectos simultáneos la obra pasó a engrosar la lista de debes que crece y crece en mi mesilla de noche, la que ahora mismo parece una Torre de Babel complicada de digerir. Pero nada, hace unos días me marqué una pauta de lectura y fue ese el momento real en el que le llegó el turno a la obra de señor Piñol. Cual vampiro sediento de sangre me abalancé sobre ella y la he ido degustando a lo largo de un número de madrugadas de número indeterminado. Una vez leída lo primero que pensé fue… quiero más, necesito más dosis de ese antihéroe que es Costales, quiero ver actuar otra vez al Adolecedor, necesito más referencias cinematográficas frikis, debo conocer más ese mundo que durante años disfrutas del otro lado pero sobre el que no llegas a profundizar.

Portada de "Una de vampiros"
Portada de «Una de vampiros»

La obra escrita por Martín Piñol nace en una era donde los vampiros están hasta en la sopa, pero a diferencia del romanticismos de dientes largos que nos golpea con dureza a los fans de los señores de la noche deseosos del "no beber vino", tanto vampiro brillante emo está haciendo demasiado mal a la concepción de la criatura, Piñol se une al lado oscuro y se saca de la manga un despiporre que arranca con tonos detectivescos de andar por casa pero que acaba transformada en una sorpresa digna de leerse con gusto, una serie-B en papel que hará las delicias de aquellos que disfrutéis con la mala baba. Aquí los vampiros son como deben ser, primero unos cabrones de tomo y lomo, con un objetivo inclasificable y que no desvelaré porque vale la pena descubrirlo por uno mismo, y segundo, vampiros de esos que se queman con la luz del sol y que cuando el agua bendita les salpica acaban algo más que doloridos y largando improperios de primer nivel. Sumemos a todo esto que Piñol aprovecha al máximo una de las características más brillantes que atesora, un sentido del humor, muy negro en esta ocasión, y una capacidad de escribir diálogos molones que hacen que la lectura sea, además de interesante, divertida e incluso de esas que te obligan a largar una sonora carcajada dadas las situaciones y diálogos que acontecen.

En definitiva, serie-B novelesca, digna del Hollywood independiente y donde no se escatima en sangre, insultos y violencia vampírica de primer nivel. Además, cuando un escritor es un fan, uno de esos que ve y asimila cual esponja permanentemente seca, pues no puedes pasártelo mal con todas las referencias que utiliza. Ahora que se acerca el calor veraniego "Una de Vampiros" se presenta como ideal para animar vuestras lecturas de bajo presupuesto…

Costales, un treintañero de Barcelona, egoísta y despreocupado, es enviado a Hollywood para cuidar de un joven depresivo que estudia cine. Pero el día en que Obama puede convertirse en presidente, el chaval es secuestrado por un grupo de vampiros que ruedan una snuff movie. Ayudado por un homeless ex marine con ansias de venganza, Costales tendrá veinticuatro horas para enfrentarse a estudiantes de cine, actores con pretensiones y otros seres del averno, y encontrar a su amigo.

Retrato de los jóvenes cineastas del Hollywood actual, novela negra narrada con mentalidad europea y relato vampírico muy particular, lo que sí certificamos ante notario es que la lectura de «Una de vampiros» resulta maliciosamente divertida. Y si le hubiéramos puesto fotos y direcciones, también serviría de guía básica para la ciudad de las palmeras y las autopistas. Para que luego se diga que sólo aprendes cosas con las novelas históricas.

Algunos datos informativos…

  • Editorial: Timunmas
  • Colección: Terror
  • Fecha Publicación: 08/02/2011
  • ISBN: 978-84-480-4028-4
  • Páginas: 257
  • Cubierta: Rústica con solapas
  • Precio: 14.00 €
Publicado por Uruloki en
 

La verdad es que este fin de semana había poca opción cinematográfica en lo tocante a géneros propios de este blog. O me volvía a ver El último exorcismo (The Last Exorcism, 2010) de Daniel Stamm, cosa que debí haber hecho, o me pasaba un rato por la sala de cine para ver en 3D la nueva incursión en el cine del dúo sacapuntas formado por Paul Bettany, actor, y Scott Stewart, ¿director? Lo dicho, uno que se va a ver El sicario de Dios (Priest, 2011) sin esperar nada y se encuentra con menos… estamos ante una de las películas más atroces y terribles que se pueden estrenar en cine hoy en día, con permiso de Legión (Legion, 2009). Apoyándose en el concepto creado por Hyung Min-woo en su entretenido y recomendable manwha "Priest", lo que uno se va a encontrar en el cine es ante todo cualquier cosa menos una adaptación (pero esto ya lo sabíamos). La verdad es que no me explico la razón por la que Sony Screen Gems ha optado por cambiar tanto el rumbo de la obra de Hyung Min-woo, mucho más atrayente y seguro que atronadoramente superior a este mediocre pastiche de futuro apocalíptico, criaturas "vampiro" y pseudo-western de medio pelo. Pero claro, luego te sientas en la butaca y te das cuenta de las razones que mueven este despropósito… abaratar costes y hacer rentable la inversión realizada. En la era digital es mucho más sencillo crear mil escenarios digitales, enseñarlos a razón de 1 cada 3 minutos en invertir poco o nada en material real. Está claro que si en lugar de vampiros cuadrúpedos tienes que poner actores maquillados como muertos vivientes o diablos, y si en vez de trenes hipermodernos o motos imposibles debes apostar por locomotoras a vapor y caballos, pues el presupuesto se te dispara. Eso es lo que lleva a El sicario de dios a ser cualquier cosa menos original y diferente.

Póster español de El sicario de dios
Póster español de El sicario de dios

Un sacerdote perteneciente a una raza de superhombres entrenados para combatir a las criaturas vampiros, Paul Bettany debería cambiar de agente ya, se ve obligado a romper su voto de inactividad cuando su sobrina (Lily Collins) es secuestrada por una jauría de "hijos de la noche". Se suponía que estos sanguinarios monstruos estaban todos controlados en cárceles de máxima seguridad, pero queda claro que algo les vuelve incitar a atacar. Traicionando a su líder espiritual el Monseñor Orelas (Christopher Plummer), nuestro sacerdote escapará de la siniestra y contaminada ciudad en la que vive para, acompañado por un joven sheriff llamado Hicks (Cam Gigandet), hacer frente al mal que ha renacido en el abandonado páramo en el que se ha transformado el mundo. Su destino volverá a cruzarse no solo con Priestess (Maggie Q), otra de su misma raza, si no con un viejo amigo al que creía fallecido… el malérrimo Black Hat (Karl Urban).

Y con estos mimbres argumentales Cory Goodman crea una historia que titula El sicario de dios, que dicen adapta la obra gráfica "Priest", y que transita 75 minutos, siendo generoso, donde un 3D plano y carente de sentido decora un film ya de por si oscuro y orientado a demostrarnos que los cuatro escenarios de cartón piedra que te hagan falta para rodar una película como esta, se pueden engrandecer con una jugosa inversión en efectos visuales… atención a los múltiples viajes en moto, a la escena del bar con el rosario hecho trizas o al combate con el vampiro guardián de la colmena. Luego un simpático cameo como el de Brad Douriff, muchos absurdos en la historia, que todo sea dicho es ramplona a más no poder, y un desenlace que, muy a mi pesar, dudo que llegue a significar mucho para esta entiendo que planificada franquicia. Del resto que decir… que Cam Gigandet actúa más tenso que una cuerda de piano, que de rebote te encuentras con agradables visitas como las de Stephen Moyer o Alan Dale, que de tecnología de última generación pasas a motos de motocross, casualidades sonrojantes, etc. etc. Desconozco las razones por las cuales Scott Stewart hace películas, pero tras la atroz Legión, con El sicario de dios se demuestra que esto no es lo suyo. Además, no siempre un veterano técnico en efectos visuales de una reputada compañía como la fenecida The Orphanage está capacitado para llevar adelante proyectos sin ser un pelele en manos de poderes superiores. Ojo, estoy convencido, seguro y pongo la mano en el fuego, porque si en lugar de usar a Paul Bettany, Scott Stewart, Christopher Plummer, Cam Gigandet y Lily Collins, das el proyecto a Genndy Tartakovsky, te sacas de la mano una de las películas de animación más molonas y sangrientas de los últimos tiempos. Otro gallo hubiera cantado, pero El sicario de dios es más bien una cruz y una penitencia que solo se soluciona rezando medio millón de Ave Marías y otros tantos Padre Nuestros.

Publicado por Uruloki en
 

Pues nada, llegó el día y aquí uno que se pudo acercar con un buen grupo de amigos al cine a ver Thor (2011) de Kenneth Branagh en impuesto, que no obligado, 3D. Marvel Studios sigue dando forma a su particular universo pero ahora al abrigo, no se si muy recomendable, de la Walt Disney Company. Las aventuras más grandes de los personajes con más solera y seguidores de la Casa de las Ideas siguen poblando las pantallas del cine con diferente soltura. Todo con miras a ese verano del 2012 donde el director más fan del mundo mundial, Joss Whedon, estrenará la deseada por muchos The Avengers (2012). En este caso, Marvel Studios nos traslada a Asgard, hogar de Thor, y ofrece como resultado uno de sus productos comiqueros más irregulares del sello. No se cual habrá sido el error, pero igual la cargante y cansina campaña publicitaria, aunque puede que el planteamiento de la historia o incluso el haber contado con un director como Kenneth Branagh, hace tiempo inmerso en una espiral de poca calidad de la que no encuentra el final, sean la causa. Porque si, este Thor que ha llegado a los cines se divide en dos fases muy diferentes. Una de rutilante calidad, natural toque shakesperiano y donde Branagh se ha encontrado como pez en el agua… los gigantes de Jotunheim, Asgard y su drama familiar… genial. La otra es de tedio casi absoluto, apoyada en demasía en la comedia resultona donde ni los personajes encuentran su sitio, ni la presencia de S.H.I.E.L.D. impacta y donde lo que ocurre resulta más mediocre de lo que se debía esperar, vamos, una chufla. La verdad, hay incluso momentos que uno llega a pensar que en lugar de Thor a esto deberían llamarlo Turd.

Cartel español de Thor
Cartel español de Thor

Thor (Chris Hemsworth), hijo de Odin (Anthony Hopkins) y hermano de Loki (Tom Hiddleston), decide actuar de manera arrogante e irresponsable contra los gigantes de hielo de Jotunheim provocando que el reino de Asgard se quede al borde de que una guerra ancestral ya olvidada resurja. Su enorme ego acaba con la paciencia de su padre y este, Rey todopoderoso, decide castigar a su hijo con el destierro en la Tierra. Allí Thor, ahora uno más entre muchos, se cruzará en el camino de un trío de científicos encabezados por Jane Foster (Natalie Portman) y el profesor Erik Selvig (Stellan Skarsgård). Thor buscará por todos los medios volver de nuevo a Asgard pero para ello se verá obligado a madurar y a darse cuenta que con la arrogancia no se va a ninguna parte. En medio del fregado estará Loki, que sacará todo el provecho posible, y algo más, al destierro de Thor en la Tierra.

Marvel Studios vuelve a la carga sacándose de la manga una película desigual y extremadamente dependiente del entorno en el que tengan lugar los acontecimientos. Por un lado tenemos la magnificencia de los mundos de fantasía como Asgard, donde el derroche visual es inconmensurable y donde el trabajo creativo no tiene parangón, o Jotunheim, tierra helada perfectamente imaginada. En esos mundos la historia se desarrolla con mucha soltura encontrando un medio natural para explotar las vicisitudes de los personajes y sus historias. Es en esos momentos cuanto el universo comiquero creado por Jack Kirby y Stan Lee cobra vida y donde uno agradece encontrarse con guerreros de la talla de Volstagg (Ray Stevenson), Hogun (Tadanobu Asano), Fandral (Josh Dallas) o Sif (Jamie Alexander). Así mismo podemos disfrutar del peculiar Puente del Arcoíris protegido por Heimdall (Idris Elba) y de toda la parafernalia que uno se pueda imaginar para representar la tierra de Asgard. La verdad, a nivel artístico Marvel Studios se merece un aplauso porque ha sabido además aportar a ese clasicismo que transmitían los cómics una merecida modernidad, vestuario y tecnología, que encaja sin problemas. Pero claro, si luego desciendes a la Tierra, y los que era una historia de traición, odio, engaño, etc. la transformas en una comedia con ciertos toques de aventura, y donde el actor protagonista comienza a perderse en un entorno que sin dudarlo le queda demasiado grande, pues tiras un poco por la borda todo aquello que habías construido con firmeza minutos antes. Y es que la verdad, pero el destierro al que es sometido Thor lo sufrimos incluso los espectadores. Además, más doloroso es si cabe que personajes que en Asgard tienen chicha en la Tierra se conviertan en meros bufones en busca de provocar la risa fácil. Eso si, tras un segundo acto donde uno puede llegar a aborrecer lo que está viendo, de nuevo los vínculos con Asgard hacen que la película vuelva a recuperar el tono que nunca debió haber perdido. En definitiva, interesante en muchos aspectos pero deudora en otros tantos…

Publicado por Uruloki en
 

Tras más de diez años de silencio, y con un tercer episodio de la saga que había "cerrado" el ciclo con mala nota, Wes Craven y Kevin Williamson, ausente en esa deudora tercera parte, vuelven a la carga cogidos de la mano para explotar con acierto la franquicia que en su día fue el renacimiento de las películas de terror slasher. Puede que muchos vean en Scream 4 (2011) un producto que no aporta, pero nada más lejos de lo que podáis imaginar. Craven y Williamson regresan a la saga que les llevó a lo más alto en la década de los noventa con un producto potente, entretenido, repleto de frescura, que riza el rizo de la paranoia ghostfaceiana, y que sabe reírse tanto de sus predecesoras como del terror que nos ha acompañado en la última década. Como bien reza el lema de esta cuarta parte, nueva década implican nuevas reglas. La buena del dúo, y sobre todo la del señor Williamson, se nota ya desde la secuencia inicial, que todo sea dicho es sencillamente magistral y adaptada a los tiempos que corren en esta era donde las relaciones se miden por el número de amigos que tengas en tus redes sociales favoritas, y hasta lo enrevesado de la neura que justifica el regreso de Ghostface a la vida de los protagonistas de la película… una recuperada Neve Cambpell, un siempre genial David Arquette y una surrealista Courtney Cox, mujer botox casi irreconocible que demuestra que la gente no sabe envejecer en la meca del cine, y eso que tiene unos cuarenta y tantos años.

Póster español de Scream 4 de Wes Craven
Póster español de Scream 4 de Wes Craven

Ha pasado una década desde que Ghostface actuara por última vez. Sidney Prescott (Neve Campbell) ha pasado página a todo lo ocurrido y en su regreso a Woodsboro las cosas no pueden comenzar peor. Con la simple idea de presentar su nueva incursión en esto de la literatura, amén de reencontrarse con los poco viejos amigos que le quedan en el pueblo, la pareja Dewey Riley (David Arquette) y Gale Weathers (Courtney Cox), un viejo compañero de fatigas se autoinvita a la fiesta para volver a destripar, pasar a cuchillo, degollar y apuñalar a todo aquel que se le ponga por delante. Nuevamente el mal fario de la Prescott hace acto de presencia en forma del serial killer Ghostface. Pero ojo, esta vez el objetivo del siempre imaginativo, imprevisible y obsesivo asesino cinematográfico es ir amputando las diferentes ramificaciones que crean el entorno woodsbororiano de la sufrida protagonista… ¿a razón de que vuelve a actuar diez años después Ghostface?

Craven y Williamson actúan descaradamente de dos maneras. La primera seduciendo al fandom de la franquicia original con el retorno de los personajes fijos en el universo Scream y decorando el ya veterano elenco con jóvenes actores que, como ocurriera en otra época, acabarán por hacerse un hueco en el cine de dentro de unos cuantos años. Emma Roberts, Hayden Panettiere, Nico Tortorella, Rory Culkin, Adam Brody o Erik Knudsen, son además el equivalente obligado a Skeet Ulrich, Rose McGowan, Matthew Lillard, Ommar Epps, Timothy Olyphant, Jamie Kennedy o Jerry O’Connell, y, salvo sorpresa, carne de productos medios que irán decorando las pantallas de las salas de cine de hoy en adelante. La segunda forma es recuperando el ritmo del primer film, relanzando el sello pero apoyándose, para no tropezar como en terceras partes, en una historia sólida, entretenida y que al nuevo público, cinco lustros son cinco lustros, enganchará porque hace tiempo que no se ve una película slasher de estudio tan divertida como esta. Además, y como ya ocurriera en la memorable Scream, vigila quien llama (Scream, 1996), Craven y Williamson buscan un buen bastón de apoyo con la presencia de actrices de sobra conocidas en el mundillo que otorgan al respetable una efímera pero divertida aparición, que grande el cameo de Anna Paquin y Kristten Bell. En definitiva, una película que gustará a los fans de la saga y que seguro que a algún neófito en estas artes abre los ojos con ansias de mirar al pasado.

Publicado por Uruloki en
 

Tras esperar con muchas ganas lo nuevo de Duncan Jones, este pasado viernes pude acercarme entusiasmado al cine a ver Código fuente (Source Code, 2011), el segundo proyecto cinematográfico de ciencia ficción salido de las manos del director de la fabulosa y melancólica Moon (2009), una de las mejores películas del género de los últimos años. Escrita por Ben Ripley, guionista con un bagaje a sus espaldas hasta ahora poco interesante – Species II (2004) y Species IV: El despertar (Species: The Awakening, 2007) -, Código fuente se presenta como un film destinado a envolvernos en una trama recurrente, cambiante en base a las acciones del protagonista, y que debe sacar todo el jugo posible a un período temporal tan escaso, 8 minutos lo es todo, que sorprende el mucho juego que puede llegar a dar ese pírrico espacio de acción. Apoyándose en términos tan complejos como la mecánica cuántica y los cálculos parabólicos, Código fuente se afianza en el siempre disfrutable universo del cine donde se transita por viajes a otros espacio-tiempo además de sacarle fruto a géneros igualmente geniales como el misterio o el suspense. En pocas palabras, estamos ante una versión más ajustada, por eso de los 8 minutos, de Atrapado en el tiempo (Groundhog Day, 1993), aunque con unas implicaciones bastante más complejas que las planteadas en la fabulosa comedia de Harold Ramis.

Póster español de Código fuente
Póster español de Código fuente

El capitán Colter Stevens (Jake Gylleenhaal), piloto de helicópteros en Afganistán, se despierta en un vagón de tren sorprendido y sin saber como ha llegado ahí. Sentado ante una chica llamada Christina Warren (Michelle Monaghan) que le trata como si le conociera de antes, Colter no puede más que alucinar con la situación que está viviendo. No sabe que está pasando, no entiende porqué está en ese tren y se queda conmocionado cuando al mirarse en el espejo descubre que el hombre que se refleja no es él. 8 minutos después de sufrir esta desesperante situación, el vagón en el que viaja explota violentamente. Colter despierta ahora dentro de una especie de cápsula hermética comunicada con el exterior por artefactos electrónicos. Interrogado por la también militar Collen Goodwin (Vera Farmiga) y el doctor Rutledge (Jeffrey Wright), descubrirá que en verdad forma parte de un programa experimental militar llamado "Código fuente" que tiene como objetivo infiltrarse en los últimos 8 minutos de vida de una persona fallecida y tratar de descubrir la razón por la que ha muerto. En este caso su misión es descubrir quién ha provocado el atentado que ha destruido el tren en el que el militar se despertó por primera vez.

Jones vuelve a explorar el género que más le gusta, y mientras sigue trabajando en la futura Mute (¿?), ese homenaje a Blade Runner (1982) que ha prometido a los cuatro vientos, hace prácticas con proyectos como este Código fuente. Porque si, la película es ciertamente interesante. Lo que comienza siendo un viaje de pura investigación se torna en un tortuoso y doloroso intento por descubrir la verdad sobre la existencia del protagonista. La desesperación de Colter Stevens se traslada incluso a sus incursiones en el Código fuente, donde los muy justos 8 minutos le exigen tomar decisiones que acelerarán su establecido final. Porque al final si uno se lo plantea seriamente, la única forma de alcanzar su objetivo es probando diferentes opciones y fallando en casi todas ellas… vamos, como cuando uno desarrolla un programa informático, creas un Código fuente donde la única forma de mejora es mediante ensayos de prueba y error. Eso si, todo lo que se crea con el transcurso de la película, y bajo mi opinión, debería completarse en un momento genial, idílico y básicamente romántico, pero que por alguna extraña razón Jones y Ripley optan por obviar y seguir soltando cuerda para dejar al espectador un poco más perplejo de lo que ya estaba… Porque, ¿qué es en realidad el Código fuente? ¿Una forma de acceder a una consciencia residual de una víctima del atentado durante ocho ajustados minutos? o ¿un método de viajar a un espacio tiempo paralelo al nuestro ocupando la mente de una persona que se verá involucrada en unos acontecimientos que en nuestro momento ya han ocurrido? Todo esto debe analizarse para poder sacar algún tipo de conclusión al respecto. Película enigmática donde las haya, y aunque inferior a la magnífica Moon, debe ser vista en los cines para mayor gloria del género que engloba.

Publicado por Uruloki en
 

Es momento de sacar a la luz varias de las opiniones que tengo por ahí pendientes. La verdad es que se me están acumulando este tipo de entradas y cuando miro hacia atrás me doy cuenta de que, o me las quito de encima o se van a quedar ahí en el olvido más absoluto, como alguna otra con la que ya me ha ocurrido. Para comenzar este trío de merecidos post y no dejarme nada traspapelado arranco con una de las obsesiones que tenía en mente desde su estreno en USA allá por agosto del año pasado y su presentación al gran público en paralelo a la pasada Comic-Con de San Diego, hablo de Piraña 3D (Piranha 3D, 2010) de Alexandre Aja, desorbitado remake del ya clásico film de Joe Dante que en 1978, en mi caso a lo largo de los 80, sacó jugo a lo horrores marinos que unos años antes Steven Spielberg explotara con grandioso éxito. En fin, con cerca de ocho meses de retraso con respecto a su estreno en USA, golpe letal si alguien esperaba que el film lograra hacerse con una cantidad digna de recaudación aunque con la primavera ya se sabe, ha llegado a las pantallas españolas esta delicia gore, oda a las más bajas perversiones del adorador de serie B y una demostración más de que el señor Aja no pierde fuelle pese a haberse acomodado en el siempre controlador y edulcorado cine hollywoodiense. Porque si, dentro de lo malo que pueda tener Piraña 3D, que algo tiene, los frenéticos, acalorados, testosterónicos e hipersangrientos primeros sesenta minutos son una delicia donde hay cabida para las carcajadas más sonoras y los exabruptos más paranoicos. Todo esto se debe a un guión inicialmente fresco, que revitaliza el género y que cuenta con algunos diálogos dignos de ser anotados para el futuro, y un despiporre de cuerpos dorados al sol que, sin lugar a dudas, harán más mella en las mentes de ellos que de ellas.

Cartel español de Piraña 3D
Cartel español de Piraña 3D

Nos vamos al Lago Victoria, sede de una macrofiesta donde las camisetas mojadas, la música chunda chunda, el alcohol, las hormonas y el desenfreno padre son la tónica dominante. Por arte de birlibirloque un terremoto abre una sima y de ella salen un buen puñado de pirañas prehistóricas que por avatares de la vida optarán por dar buena cuenta de bañistas, obsesos, tías buenas y todo aquel que decida meter un pie en el agua que no debe. Una agente de la policía local, dónde estabas escondida Elisabeth Shue, decidirá investigar la situación con su compañero de fatigas, Ving Rhames se convierte en un Ash o un Lionel de la vida, al tiempo que se preocupa por sus hijos y algunos de los personajes más variopintos que pueden ser vistos en una película de hoy en día.

Delirantemente sangrienta y brutal, obra y gracia de los dioses del splatter moderno Gregory Nicotero y Howard Berger de KNB EFX Group, Piraña 3D es la cuarta película estrenada en cines del director francés Alexandre Aja, persona que con Alta tensión (Haute Tension, 2003) provocó más de una indigestión y que con Las colinas tiene ojos (The Hills Have Eyes, 2006) y Reflejos (Mirros, 2008) dio el salto al cine made in USA, ahondando curiosamente en el universo del remake absoluto… todos sus trabajos salvo Alta tensión son refritos de clásicos del terror setentero o de películas del fulgurante horror japonés. Aja es un crack y Dimension Films ha sabido sacar jugo al producto parido por este. Está claro que la época veraniega era la ideal para esta exploitation que, por momentos, casi se podría decir que roza detalles de la vertiente sexploitation. Porque si bien las dosis de casquería son gloriosas, Aja opta por comenzar con una primera parte de mini detalles gore para dar más protagonismo a cientos de cuerpos voluptuosos y calientes en frenético bamboleo, no me quiero imaginar las salas de cine en California por poner un ejemplo, donde destacan Kelly Brook o las actrices porno Ashlynn Brooke, Gianna Michaels o Riley Steele, estas dos últimas nuevas scream queen del género que de paso han gozado de libertad absoluta para mostrar en pantalla los valores que más explotan en el cine que habitualmente protagonizan. Escena onírica a parte, llegados al punto el despiporre se pone en marcha y durante unos 15 minutos Aja se desmelena, el gore se convierte en protagonista y el salvajismo desenfrenado hace acto de presencia, todo regado con tanto humor negro que uno no puede parar de reírse con el destino de personajes como el de Jerry O’Connell o Eli Roth.

Pero claro, todo lo que Aja gestiona con maestría durante más o menos una hora se desinfla sin remedio en unos últimos minutos menos frescos que, pese a todo, no hacen desmerecer para nada un producto global disfrutable de cabo a rabo… igual que lo hace la piraña.

Publicado por Uruloki en
 

Pues nada, ya se ha estrenado uno de los films que esperaba con más ilusión, al menos por el singular estilo cinematográfico que es capaz de ofrecer Zack Snyder, y para variar tengo que reconocer que se trata de la primera medio decepción del año, por lo menos en cuanto a ritmo y guión. Aunque no nos engañemos, está claro que cuando algo se vende como Warner Bros. y Legendary Pictures lo han hecho con este film, es de esperar que el poderío total del proyecto sea el que Sucker Punch (2011) ofrece realmente al espectador. Efectos visuales de un nivel creativo espeluznante, demostración de que no hace falta el mal usado 3D para seguir sorprendiendo al público, una banda sonora poderosa repleta de temas clásicos reformados a las tendencias de hoy en día, y una dosis de desbordante imaginación que en estos momentos solamente Zack Snyder, y algunos otros que se cuentan con los dedos de una mano, es capaz de ofrecer en una película. Eso si, pese a todo esto, Sucker Punch adolece de notables carencias y por momentos cuesta seguir prestando atención a tal desbarajuste. Sin embargo debe reconocerse que lo hecho por Snyder es perfecto en su concepción y objetivo… 109 minutos donde cuatro aventuras inimaginables dan forma a un elemento global que, claramente, bebe de muchas de las culturas populares que más fans mueven hoy en día: los videojuegos, los cómics o literatura en sus múltiples vertientes – manga, superhéroes, fantasía, ciencia ficción, etc., el cosplay y los pases de lencería de Victoria’s Secret.

Cartel español de Sucker Punch de Zack Snyder
Cartel español de Sucker Punch de Zack Snyder

Sucker Punch nos cuenta la historia de una joven, más adelante conocida como Baby Doll (Emily Brown), que tras ver como su madre fallece debe hacer frente a las inquietudes más perversas de su padrastro. Un nuevo golpe en la vida de la joven acabarán con esta internada en Lennox House, una institución mental donde se programará su lobotomía. Con solo cinco días por delante, y ayudada por las también internas Rocket (Jena Malone), Blondie (Vanessa Hudgens), Amber (Jamie Chung) y Sweet Pea (Abbie Cornish), Baby Doll planeará su fuga del centro. La joven necesitará de diversos objetos que la ayudarán en su propósito y para conseguir cada uno de ellos "viajará" a diversos mundos imaginarios como una gran guerra donde lucharán soldados zombi, dirigibles y mechas, un universo futuro repleto de robots o una tierra fantástica en la que conviven orcos, caballeros y dragones…

La verdad sea dicha, Sucker Punch tiene mucho encanto. Ya sea por lo que propone, la forma de hacerlo, y los mil y un factores que llenarán al fan que acude al cine a ver la película. Pero todo esto, que demuestra que Zack Snyder ha mamado mucha consola, leído mucho cómic y soñado despierto, no debe ser aplaudido cuando pese a su inmenso esfuerzo el producto se acaba desinflando y perdiendo ritmo a pasos agigantados. Snyder y Steve Shibuya, guionistas, han trasladado a la gran pantalla lo que uno siente cuando disfruta de un videojuego o una aventura de rol… pero se han olvidado de como hilvanar todo el mejunje planeado para que el tedio no haga acto de presencia. Probablemente uno de lo factores que añadirían un toque más inusual y atrayente al film, aligerador de paso de tanta sobrecarga cuasilisérgica, sería poder llegar a disfrutar de parte de los números musicales que se intuyen y que, ojo, son medio homenajeados en parte en los títulos de crédito. Porque una de las verdades de la película es que algunas de las canciones que se escuchan cuentan con las meritorias voces de Emily Brown o las de Oscar Isaac y Carla Gugino. Además, cuando te sirves del exceso como arma sorpresa, toda la parafernalia aventurera sufre irremediablemente de ese efecto de que lo que viste antes estaba mucho mejor. Porque también, el film arranca de manera inmejorable, con un prólogo de más de 10 minutos donde la cámara lenta, Snyder la usa hasta la extenuación en todo el metraje, aporta una intensidad brutal a los acontecimientos que se narran. De ahí transita a esos benditos mundos imaginarios arrancando con el mejor de todos, apabullante la puesta en marcha del plan de Baby Doll en el Japón feudal, seguido por el grandioso viaje a la gran guerra. Pero claro, el impulso pierde fuerza y la resolución de los otros dos "viajes" comienza a cansar. Súmale el tema historia, algunos diálogos son de carcajada, una vinculación con la realidad demasiado forzada y tate… el producto sufre lo que sufre y acaba no convenciendo como debería.

En fin, para gustos colores. La verdad que Sucker Punch es visualmente una sorpresa. Argumentalmente es interesante pero no logra asentar la historia como era de esperar. Esperaba disfrutarlo más de lo que en verdad he hecho.

 NOTA  Recordaros que el próximo día 1 de abril se celebra el Vigésimo Quinto Concurso Uruloki, y que en el se regalará un ejemplar del agotado y muy pero que muy deseado libro "Sucker Punch: The Art of the Film". En el libro podréis disfrutar de más de 250 páginas de fotografías, concept art, maquetas, etc. de la última película del señor Snyder. Una joya para todo fan de la preproducción de las películas hollywoodienses.

Publicado por Uruloki en
 

Alguno de vosotros lo fue demandando y creo que ya va siendo hora de ponerse manos a la obra con la opinión sobre esta primera temporada de "The Walking Dead" (2010-¿?), la adaptación de la homónima obra de Robert Kirkman que ha sido comandada con esmero, y regular acierto, por el gran Frank Darabont. Supongo que por la anterior frase comenzaréis a intuir por donde van a ir los tiros en esta opinión y no voy a cortarme a la hora de decir que me siento ligeramente decepcionado por lo que he visto. Desconozco la razón de lo ocurrido, pero supongo que la AMC no se la quiso jugar con una primera temporada de más de seis episodios por si la cosa no cuajaba, y eso pese al hype que se levantó en la red y otros medios por esta llamativa adaptación. Porque ojo, si el plan que hemos visto finalmente en pantalla era el ideado por Darabont desde un principio, la siempre acertada fórmula británica se le ha quedado corta y el desasosiego más las desesperación por ver algo realmente potente han sido la tónica en el cierre de esta primera ronda. Pese a esto no se puede negar que estamos ante un producto diferente, muy arriesgado y perfectamente realizado. Lo medios con los que han contado han sido de primerísimo nivel, lo suyo habrán costado, ya sea por contar con Darabont como cabeza pensante al frente del proyecto, con Gale Anne Hurd como productora o con la KNB EFX Group de Greg Nicotero y Howard Berger como encargados de la realización de unos perfectos efectos especiales.

Alucinante cartel oficial de la serie "The Walking Dead"
Alucinante cartel oficial de la serie "The Walking Dead"

De la historia poco os puedo contar que no sepáis ya. Estamos ante el clásico shock muertos que vuelven a la vida para llevar a la humanidad a un final sangriento y poco apetecible, salvo por los nuevos números uno en la cadena alimenticia del planeta. Rick Grimes es un agente de policía en coma que despierta para encontrarse en un mundo completamente diferente del que se despidió. Los muertos vivientes campan a sus anchas, el solo alucina, y pronto comprenderá que su vida y la de los suyos no volverá nunca a la normalidad. Tras un espectacular comienzo, el primer episodio "Days Gone Bye" fue el mejor debut posible y el segundo "Guts" le anduvo cerca, la prometida separación de la narración original de Kirkman en los cómics comenzó a fraguarse de forma mucho más clara. Si bien se agradece este tipo de acciones, más en un producto en el que si sigues la línea marcada te irías sin problemas a las doce o trece temporadas además de sufrir de unos gastos de producción sencillamente inasumibles, lo que tienes que buscar es abrir historias dentro de la trama central y planear cerrar algunas con sentido para que cuando se termine esta tu primera incursión en "The Walking Dead" sientas eso de "¿Y ahora?, ¿no pueden dejarme así que me va a dar algo?"… vamos, el manido y necesario concepto del cliffhanger. De eso adolece la primera temporada de esta prometedora serie. Si bien lo logran en un par de episodios, los dos primeros te dejan ganas de seguir adelante y algún otro por el medio juega con este factor decisivo para hacer crecer el interés, no son capaces de resolverlo como debería y desvían el foco hacia argumentos menos interesantes y claramente de relleno (eso o está mal narrado). Estos detalles se ven acrecentados en un cierre letal, con un episodio final que transita por la normalidad más absoluta, rozando la mediocridad, y que se completa con una secuencia de despedida en la que te preguntas "¿para que ha servido este episodio?".

El genio Drew Struzan y su propuesta de cartel para "The Walking Dead"
El genio Drew Struzan y su propuesta de cartel para «The Walking Dead»

Del reparto poco se puede decir salvo que está a un gran nivel. Andrew Lincoln es un perfecto Rick Grimes, Steven Yeun como Glenn lo borda, y que más argumentar de los fijos en la vida de Darabont como Laurie Holden como Andrea o Jeffrey DeMunn como Dale. Pero claro, luego incluyes a Sarah Wayne Callies en un rol fundamental y parte del castillo de naipes que han construido para dar forma a la historia se desmorona a cada palabra que suelta… ha sido una mala elección. Menos mal que han sabido sacarse de la manga un personaje como Daryl Dixon, encarnado por Norman Reedus, y otorgar mucha más presencia a Shane Walsh (Jon Bernthal). Hacen falta muchos como ellos para aportar a esta adaptación un punto de locura gamberra en modo superviviente, el primero, y el factor historia de odio permanente que provocará un desenlace ahora mismo inimaginable y apartado del cómic, en manos del segundo.

Pues eso, esperaba más. Los mimbres los tienen, calidad les sobra, pero seis episodios no han sido suficientes como para desarrollar un primera temporada solvente y que se pueda sostener por si sola. Igual merece un revisionado para intentar hilar más profundo, pero en definitiva no logra aportar nada nuevo que la haga especial.

Publicado por Uruloki en

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies

Llévame a lo más alto!