Mar 21 Dic 2010
Alex de la Iglesia es un espécimen único dentro del panorama cinematográfico español. Como tal se siente libre a la hora de hacer películas y es capaz de pergeñar auténticas obras sublimes repletas de grotescos personajes, situaciones surrealistas y experiencias macabras. Como director de orquesta que es se mantiene fiel a su freakshow particular y siempre rueda acompañado de un reparto de figuras únicas, irrepetibles despojos humanos que en manos del director bilbaíno ofrecen sus mejores papeles. Balada triste de trompeta (2010) es la última genialidad del peculiar Alex de la Iglesia, una pieza maestra dentro de su filmografía, con un guión que desborda originalidad, con muchos homenajes al mejor cine, con altas dosis de humor más que negro, se acercan a lo bestial, y con una alucinante fusión de eventos de la España setentera que rozan lo obsceno. Pero hay algo más en esta su última película, hay una historia de amor verdadero aunque imposible y de perdón irracional al avasallador. Salvaje y violenta a todas luces, Alex de la Iglesia vuelve a crear algo diferente e inusual.
Cartel de Balada triste de trompeta de Alex de la Iglesia
Estamos en 1937; mientras se celebra una función de circo para intentar hacer olvidar a niños y mayores eventos más siniestros, la Guerra Civil Española golpea sin descanso al otro lado de la carpa, los milicianos se cuelan para reclutar a cualquier precio a todo aquel que pueda sostener un arma. Obligado y ataviado con su disfraz de trabajo, el payaso tonto, genial Santiago Segura, protagoniza una auténtica carnicería a machetazo limpio entre las filas del bando Nacional. Tras ser detenido por el Coronel Salcedo (Sancho Gracia), es condenado a trabajos forzados en las obras del Valle de los Caídos. Allí recibirá las visitas e su hijo Javier quien tras sufrir el duro destino de su padre, y siguiendo el consejo de este en forma de "nunca serás gracioso. Serás el payaso triste, el que recibe las bofetadas. La felicidad la encontrarás únicamente en la venganza", decidirá seguir los pasos de los infantes de la familia… Año 1973, Javier, Carlos Areces en estado de gracia y dándolo todo, se une a una trouppe de circo encabezada por Sergio (Antonio de la Torre) y la trapecista Natalia (Carolina Bang). Allí arrancará su guerra particular contra el violento Sergio y su lucha por la conquista de Natalia…
Pues esto es lo que hay. Una nueva película del poco prolífico Alex de la Iglesia, reflejo absoluto de su mejor cine alejado por completo del intento internacional que fue Los crímenes de Oxford (The Oxford Crimes, 2008) y la tristemente floja sitcom "Plutón B.R.B. Nero" (2008). Más cercano al gamberrismo de sus obras previas, se ve que sabe explotar los valores de lo cañí aunque dolerán a más de uno de los que la vean, por momentos hace recordar – siempre con respeto – a piezas claves de nuestra filmografía como La escopeta nacional (1978) de Luis García Berlanga. Queda claro que no será del gusto de todos, lo absurdo y surrealista de las situaciones que plantea se cobrarán un alto peaje, pero ya ha logrado sacarse de la manga varios nuevas secuencias irrepetibles del cine español más moderno. Carlos Areces y Antonio de la Torre se meriendan el metraje ofreciendo, el primero dominador absoluto, unas interpretaciones desquiciantes adornadas con trajes de clown dignos de película de terror.