Dom 9 Feb 2020
Fantabulosa, chisporroteante, clariviolenta y psicotrónica. Aves de Presa (y la fantabulosa emancipación de Harley Quinn), imposible de imaginar un título más complicado de leer, es una pizpireta y sobresaturada aventura comiquera del universo DC en la que Margot Robbie lo es todo, y de ahí se justifica que la propia Robbie sea no sólo una de las productoras del film, si no la artífice de la idea transmitida al estudio para que hiciera un spin-off sobre su personaje… innegablemente el más potente de la decepcionante Escuadrón Suicida (Suicide Squad). Lo mejor de todo, Aves de Presa como película hace ya el trabajo sucio y, durante un par de minutos de presentación animada, que recuerda a Bruce Timm, y acompañada por la voz en off de nuestro centro de atención, te explica el cómo de la situación personal actual de la protagonista.
Vale, con la premisa puesta sobre la mesa, y tras presentarnos al porcentaje mayor de los personajes que deambularán por pantalla, amén de la Quinn, conocemos de forma casi inmediata a Cassandra Cain (Ella Jay Basco), el gran villano Roman Sionis (Ewan McGregor), la odiada detective Montoya (Rosie Perez) y el taladrado mano derecha del malo, Victor Zsasz (Chris Messina), se evidencia uno de los grandes problemas del film… el inconsistente guión escrito por Christina Hodson, o puede que la culpa esté en el montaje del resultado final. El misterio queda en el aire.
Sentada la base y el camino que debería seguir el film, la Hodson se dedica a deambular en el tiempo en modo flashback interrumpiendo la ya de por si saturada narración de Harley Quinn, explotando una y otra vez el mismo chascarrillo (nombre y agravio) y añadiendo historias que de forma forzada permanen inconexas durante la práctica totalidad del film hasta que acabas por componer este rompecabezas alocado de entresijos que ocultan los personajes principales. Ahí, no puede ser negado, salen claramente maltratadas Helena Bertinelli / La Cazadora (Mary Elizabeth Winstead), infrautilizada y denostada a un par de chascarrilos y otras tantas escenas de acción, y Dinah Lance / Canario Negro (Jurnee Smollett-Bell), más presente que la anterior pero igualmente menos recurrente que, sobre todo, la Montoya… esta por alguna razón que se me escapa hasta en la sopa.
Técnicamente el film no escatima en hiperbólicas y estrambóticas secuencias de acción, no tengo claro si obra de la directora Cathy Yan, o del responsable de segunda unidad Chad Stahelski, meastro entre maestros y además de director de las tres partes de la saga John Wick, director de segunda unidad de Ninja Assassin o Capitán América: Civil War, amén de coordinador de especialistas de más películas de las que podéis imaginar. Pero lo que está claro es que por ese lado la película es un inagotable despiporre de ideas inconcebibles trasladas a pantalla de forma hiperactiva y sobresaliente. Y así están la cosas, una comedia que no brilla por la risas, si bien tiene momentos simpáticos, y donde destaca el brillante uso de la escenografía, algunos momentos cómico-excesivos (la concepción del bocata), y, sobre todo la gran protagonista… Harley Quinn y sus millones de desvaríos mentales. El resto es transición, por no decir relleno. Cine de acción en modo cine de acción. Vale.
Otro cartel más, muy molón, para Aves de presa (y la fantabulosa emancipación de Harley Quinn)