Tras su triunfante paso por multitud de festivales donde no ha parado de recoger premios y elogios, ha llegado el momento de hablar de The Babadook (2014), la nueva propuesta de terror aussie y escalofrío gestado por la debutante Jennifer Kent, veterana actriz transformada ahora en guionista y directora de uno de los pelotazos del género del año. The Babadook se presenta de base como el clásico film que explora los terrores infantiles, esos en los que un hombre del saco al uso pone de los nervios a más de un menor en noches de mal rollo. Bajo esta simple premisa, seguro que más de uno lo ha sufrido en carnes, la Kent ahonda sin embargo en las consecuencias, mutación brutal de Essie Davis, que tiene el desquicie infante sobre una madre viuda, sobrecargada, con incompatibilidades familiares, amistades pasajeras y que no ha podido superar el fallecimiento de su esposo el día que iba a dar a luz. The Babadook tiene momentos, muy grandes, en los que los escalofríos y saltos en la butaca son inevitables, una criatura con personalidad clásica que acecha en las sombras provista de unas extrañas garras que nos recuerdan a otro famoso señor de los sueños, y mucho desquicie personal. Esto último es una bajada en cero coma al mismísimo infierno de la paranoia sufrido por una madre a la que su hijo (Daniel Henshall se merece unos azotes) va volviendo medio loca, aunque a posteriori y poco a poco va cayendo en la cuenta que ese hombre del saco que atormenta a su churumbel puede ser algo más que una simple pesadilla nocturna. No es la repanocha pero es bastante fresca y merecedora de lo bueno que dicen de ella. Hay que verla, no innova pero al menos se disfruta a grito pelado.

Un nuevo cartel de The Babadook
Un nuevo cartel de The Babadook