Sáb 23 Feb 2019
La otra película Netflix que me he tragado en este viaje a Ginebra ha sido el nuevo trabajo juntos de Dan Gilroy (director), Jake Gyllenhaal (actor) y Rene Russo (actriz). La verdad, recuerdo con más que grato recuerdo Nightcrawler, brutal propuesta donde el mundillo de la televisión más tortuosa tomaba el protagonismo absoluto en un todo vale que rememoraba a esa otra joya que es Network, un mundo implacable (Network). Gilroy está vez pone su foco en el mundo del arte pero se pasa de vueltas al elegir el terror como vía conductora de una historia donde el papanatismo, el té piso porque estás acabado, y el para medrar tienes que ser una cucaracha, no necesitan del género para narrar su propia historia… ya de por si mete miedo lo que te puede acabar ocurriendo en ese mundo.
Velvet Buzzsaw se pierde en un mar de absurdez absoluta, resultando totalmente anodina y aburrida, infravalorando a su reparto y no llegando si quiera a indagar una pizca en el verdadero objetivo del género que pretende abordar. Quizás sea un mar de alegorías a que el arte te puede matar, al que no hay quien escape en ese mundo que te acaba devorando y destruyendo si no gustas, pero salvo que uno logre ver más allá de lo que el film ofrece, al final lo que te vienes a tragar es una patochada tediosa y falta de ritmo e imaginación. Velvet Buzzsaw no es terror, pero tampoco deja de serlo. Podría haber explotado de alguna forma ideas vertiginosas sobre un arte endemoniado cuyo autor al final hubiera sido el mismísimo diablo, pero nada, uno casi desea que Vigo, el azote de los Cárpatos, la tristeza de Moldavia, haga acto de presencia en algún momento para, al menos, respirar relajadamente al comprender que estás viendo otro caso digno de los Cazafantasmas. Pero nada, terrores psicológicos que acosan a los protagonistas y cuadros que cobran vida para enguyirte a base de virtuosas paletas de colores repletas de azul cián, ocres mortecinos y brillantes pasteles.
No sé, aquí se ha perdido una gran oportunidad, los mimbres se tenían, la base de la historia molaba, los actores y director eran perfectos, pero el resultado es un quiero y no puedo absoluto, un reflejo evidente de que algo quería contar el bueno de Gilroy y sin embargo el tema se le ha ido de las manos. O no ha sabido, que me sorprende, o lo que ha hecho es experimentar gracias a un estudio que trae a primeras figuras a base de “como todo vale haz lo que te venga en gana”. Eso no siempre funciona.
Primer y seguramente único cartel de Velvet Buzzsaw