Sigo aquí inmerso en las mini reviews del Festival de Sitges 2012 y es turno de darme un paseo por el cine asiatico, 100% Japón, y comentar algo sobre el film de animación Blood-C: The Last Dark (2012) y la película de acción Motorway (Che Sau, 2012).

Blood-C: The Last Dark de Naoyoshi Shiotani

Estamos en Tokio, el gobierno central, y cierta corporación, controlan el acceso a internet y los horarios de tránsito de los menores de edad. Un grupo insurgente que lucha por los derechos de los jóvenes, y que responde al nombre de Sirrut, decide investigar el tema y llegar hasta esa corporación que parece ser realiza experimentos con humanos. En medio del fregado, y cuando un monstruo se ha colado en el metro, aparece Saya…

De este film de animación, creo que segunda o tercera secuela de la ya clásica y muy recomendable Blood: The Last Vampire (2000), pues no hay mucho que contar salvo que es un tostón de muy señor mío. La película por no tener no tiene ni una base argumental con chicha, y eso que viene de donde viene, si bien todo transita como un nuevo episodio de las aventuras de Saya, nuestra destroza demonios, en el clásico mata-mata por niveles hasta llegar al villano final, que encima en este caso es algo así como una tomadura de pelo. Gran momento al inicio, probablemente la mejor parte de la película toda la secuencia de la persecución por la ciudad, el tren y la fuga, pero difícilmente soportables las más de dos horas de metraje finales donde lo anodino y poco atrayente ocupa un puesto de honor. Buena animación, poco demonio / vampiro para mi gusto, conté tres o cuatro a lo sumo, y detalles de esos que gustan mucho en el mundo nipón… una joven de senos turgentes se siente inequívocamente atraída por Saya y solo falta que se tire encima de esta en una secuencia que comparten en humeante baño. El resto terrible, puro tedio…

Cartel de Blood-C: The Last Dark
Cartel de Blood-C: The Last Dark

Motorway (Che Sau) de Pou-Soi Cheang

Sean (Shawn Yue), un policía novato y bastante locuelo al volante, se muere de ganas de demostrar que dando gas es imparable. Pero todo cambiará cuando trabajando con su veterano compañero Lo (Anthony Wong Chau-Sang), al borde de la jubilación, se cruce en su camino Jensen (Xiaodong Guo), un chófer que trabaja para criminales, el mismo trabajo de los protagonistas de Drive (2011) o Transporter (2002). Sorprendentemente Sean logrará detener a Jensen, pero pronto descubrirá que la detención no era más que uno de los requisitos para lograr la fuga de un preso importante. A partir de ese momento orgullo, gasolina y mucho olor a neumático quemado… dosis esenciales de toda película de persecuciones que se precie. Y eso es Motorway, cine de acción con mucha persecución y un protagonista demasiado creído y más chulo que un ocho. Topicazos a cascoporro, de esos que sonrojan, en cerca de 90 minutos que se pueden disfrutar si bien la parte no de persecuciones resulta un pelín patética. Para pasar el rato bien vale, las escenas de coche son la pera y más si salen de las sabias manos de Pou-Soi Cheang, un auténtico maestro en este tipo de realizaciones, pero no esperéis nada del otro mundo, el argumento es más viejo que las pesetas.

Cartel de Motorway
Cartel de Motorway