Violenta, silenciosa, paciente y cargada de color. Así es Sólo dios perdona (Only God Forgives, 2013), film que se toma su tiempo para contar una atroz historia cargada de sensaciones extremas aderezadas por la miseria y prostitución de los barrios bajos de Bangkok, las corruptelas policiales, el neón y mucho karaoke. Pocas palabras hacen falta en una película que habla por su imagen, su color y la sangrante y desagradable verborrea del personaje encarnado por Kristin Scott Thomas. En medio Julian, un Ryan Gosling que no suelta prenda salvo para pedir un "wanna fight", obligado por su grotesca madre a clamar venganza tras la muerte de su hermano Billy (Tom Burke), traficante pedófilo que hacía su agosto en los suburbios de la ciudad protagonista hasta que se cruzó en el camino de Chang (Vithaya Pansringarm). Fantástico trabajo de fotografía el de Larry Smith, gracias al cual no se necesita de mucho charla, al que sumamos la música, nuevamente sobresaliente de Cliff Martinez, miradas, momentos y acciones. La verdad, la han puesto de verano en todos los festivales habidos y por haber, pero a mi me ha encantado, será que disfruto con las extravagancias cinematográficas de algunos… en este caso el film de Nicolas Winding Refn me parece nuevamente notable.

Cartel molón de Sólo dios perdona
Cartel molón de Sólo dios perdona