Complicada de ver y más de asimilar, Stoker (2013) supone el debut, aunque la palabra no es que me parezca la más adecuada, de Park Chan-Wook, o si preferís Chan-Wook Park, en ese mercado que todo lo devora que es Hollywood. No me imagino la posible reacción de la gran mayoría de público mainstream que acude a los cines, pero la toma de contacto del director coreano con el cine rodado en inglés no se separa ni un ápice del modelo cinematográfico que ha explotado durante su carrera; una repleta de extrañas grandes obras como las violentas y vengativas Sympathy for Mr. Vengeance (Boksuneun naui geot, 2002), Old Boy (Oldeuboi, 2003) o Sympathy for Lady Vengeance (Chinjeolhan geumjassi, 2005), el drama de ciencia ficción Soy un cyborg (Ssa-i-bo-geu-ji-man-gwen-chan-a, 2006) o el vampírico film de terror Thirst (Bakjwi, 2009). Por lo tanto, hay que advertir que Stoker no será del gusto de todos, pero si te engancha, en mi caso lo logró desde el minuto uno, te mantendrá en total tensión durante su metraje, pendiente en todo momento de los oscuros secretos y grotescos acontecimientos que protagonizan los miembros de la familia Stoker. Comentaba como factor importante el modelo de cine de Park Chan-Wook, un modelo que destaca por la parsimonia con la que ocurre todo, y porque al no tener espacio para el dinamismo, salvo en momentos de impacto, puede llegar a desesperar pero que, sin embargo, se ve totalmente compensado por contar con historias desgarradoras, tremebundas y que no dejan indiferente a nadie. En esta ocasión mucho más y de la misma calidad que con sus anteriores trabajos.

Stoker, escrita esta vez por el actor transformado en debutante guionista Wentworth Miller, si, el Michael Scofield de "Prison Break" (2005-2009) o si me apuráis el Chris Redfield de la saga Resident Evil, resulta ser uno de los thrillers más siniestros y turbadores que se han podido ver en años. Morboso y calenturiento a partes iguales, hay momentos que causan total estupor, cuenta no solo con un reparto que te deja con los ojos abiertos, lo de Mia Wasikowska es de sobresaliente, alucinante, y más si tenemos en cuenta que tiene al lado compañeros de viaje como el impenetrable y seductor Matthew Goode o la plásticamente artificial Nicole Kidman, si no que añade un aspecto técnico notable donde destacan muchas otras cosas, como la virtuosa fotografía de Chung Chung-hoon. Todo en Stoker sorprende, desde su retorcida historia hasta sus secretos más insondables, y vamos, que lograr lo que logra, y narrarlo como lo narra, es de aplaudir con gran estruendo.

La joven India Stoker (Mia Wasikowska) acaba de cumplir los 18 años y como siniestro regalo recibe la fatal noticia de que su padre, y gran amigo, Richard (Dermot Mulroney) ha fallecido en un trágico accidente. Sin poder asimilarlo y con su inestable madre Evie (Nicole Kidman) como una compañera en este golpe vital se cuela en su vida Charlie (Matthew Goode), hermano de su padre y del que India no sabía nada. Con este yéndose a vivir a la casa de Evie e India, a partir de ese momento se pone en marcha un viaje iniciático, o más bien de conocimiento, que pone en marcha Charlie

Cartel español de Stoker
Cartel español de Stoker