Dom 14 Oct 2018
Sigo tachando debes. Mientras aplazo El apóstol (Apostle) de Gareth Evans para mañana o pasado, es turno de Noche de lobos (Hold the Dark) de Jeremy Saulnier, thriller muy raro protagonizado por Jeffrey Wright, Alexander Skarsgård, Riley Keough y James Badge Dale, que puede ser visto en Netflix tras su paso por festivales varios como el Fantastic Fest de Austin.
Tras Blue Ruin y Green Room el bueno de Saulnier se ha adentrado en el más retorcido imposible. Ojo, la venganza de Blue Ruin se las traía, y la violencia para con los inocentes de Green Room era harina de otro costal. Pero esta Noche de lobos, no me encanta este título aunque funciona, sirve a Saulnier para adentrarse en la mayor de las desesperaciones, esa que debe ser marca de la casa en la América profunda, pobre y, para nada, tierra de oportunidades. Hold the Dark es un desasosegante viaje a un infierno familiar, uno en el que el ser humano deja nuevamente claro que "el hombre es un lobo para el hombre"… así es el cine de Saulnier. Su cine se mueve al amparo de esta máxima, Blue Ruin cumplía, Green Room se pasaba tres pueblos más, pero ¿hasta qué nivel se puede llegar? Pues hasta el más nocivo para con tus seres más cercanos. Esto es lo que el director nos planta delante de los ojos con Hold the Dark, una historia oscura en muchos aspectos y que debe ser soportada por el espectador en toda su crudeza, al tiempo que se trata de entender a qué narices se está enfrentando.
La historia de Hold the Dark, esta particular Noche de lobos, se entiende a varios niveles, si bien todos ellos bajo la premisa que por ahora define el cine de Saulnier: "el hombre es un lobo para el hombre". La primera dosis nos llega desde un punto de vista de desunión familiar, de promesa traicionada que es reclamada con un pago a todas vistas despreciable. Poco tardamos en conocer a Medora (Keough), una mujer abandonada, que ha perdido a su hijo y cómo esta tragedia hará finalmente que su marido regrese. Hasta ella misma lo reconoce, él le prometió que nunca se separarían… pero incumplió su promesa. Por lo tanto, primer atracón de máxima destructiva. Por otro lado tenemos a Vernon (Skarsgård), marido de la primera, uno de esos que no soportan el daño al ser humano y que no duda en aplicarse de la forma más violenta y salvaje cuando las injusticias más despreciables le rodean… tan inexpresivo como Anton Chigurh, tan inexcrutable como este, por ello Hold the Dark es el No es páis para viejos (No Country for Old Men), con matices, de Alaska. Lo siniestro del planteamiento de Saulnier es que Vernon se ve forzado a regresar, por ello es más despreciable si cabe esta ración extra de "el hombre es un lobo para el hombre" que el director propone. La tercera dosis la protagoniza el escritor Russell Core (Wright), reclamado por la mujer traicionada para dar caza al lobo que ha matado a su hijo, si bien en su periplo por la fría Alaska caerá en la cuenta que esto del "Homo homini lupus" se aplica entre el ser humano de forma despreciable. El propio Core así lo comenta, cuando la situación lo requiere, cuando los peores momentos llegan, se produce entre los lobos el infanticidio… los adultos devoran a las crías. Para rematar este viaje al cine de Saulnier el jefe de policía Donald Marium (Badge Dale), que en el fondo ha hecho eso mismo siempre, mirando para otro lado sin hacer caso a los habitantes de Keelut… otro que hace de la máxima de este director su credo.
Esto es Hold the Dark, adaptación de una novela de William Giraldi, y una invitación a la meditación sobre la traición, la propia naturaleza humana, la violencia y la muerte.
Cartel de Hold the Dark