Ruda, salvaje, violenta, emotiva y redención absoluta de un personaje que nació en cines en el ya lejano año 2000. Esto es Logan, la despedida por todo lo alto de Hugh Jackman de un personaje que le ha visto envejecer pese a correr por sus venas un factor de curación que le debería haber mantenido al frente otros 17 años más. 20th Century Fox ha descubierto de paso el valor de lo realista y fiel a la fuente de la que bebe. Han tenido que pasar 17 años para optar por un viaje truculento al más oscuro lado de Lobezno, uno en el que las garras de adamantium del personaje no quedan impolutas y donde los cuerpos desmembrados de sus rivales acaban tendidos por el suelo que pisa. Puede que un poco excesiva, pero igualmente agradecida, Logan es cruda. No escatima en nada, ni en cabezas cercenadas, ni en miembros amputados, ni en primeros planos de las garras del personaje atravesando torsos o rostros. Ojo, Logan también lo pasa mal y hasta ahora no habíamos conocido el efecto del desgaste y la decadencia del poder mutante.

James Mangold ha hecho un trabajo casi sublime, porque pese a todo hay momentos en los que el film pierde el imparable ritmo con el que arranca. La verdad, poco debe importar, se le concede, y de paso otorga a Jackman el derecho a lucirse como hasta ahora no había hecho en el universo más mainstream que puebla. Pero ojo, porque el actor australiano se apoya en una inesperada compañera como Dafne Keen, una que de paso se integra en la situación propuesta como si hubiera nacido para ello. La duda existe… ¿quién es más violento y salvaje?, ¿Logan o Laura? Pues ahí le andan. Junto a estos dos números uno regresa Patrick Stewart para mostrarnos la fatiga más abrumadora en la piel de un Charles Xavier casi senil, en decadencia e incontrolable. Stephen Merchant como Caliban tampoco decepciona y Boyd Holbrook, nueva estrella en ciernes, da el do de pecho como el también icónico Donald Pierce, líder de los Reavers.

Y poco más se puede decir. Ritmo perfecto pese al bajón intermedio, un momento más personal del personaje que se alarga puede que más de lo necesario, exceso absoluto, efectos especiales prácticos de antaño combinados con visuales, dinamismo, acción a raudales y redención. Como ocurriera con los Batman de Nolan, films más policíacos que de superhéroes encapuchados, Logan se aleja por completo de esta tónica y asemeja mucho más a un western crepuscular y viaje final del héroe que en antaño fue referencia. Id a verla, es una pequeña joya, una que de paso hace ver previas apariciones en solitario del personaje como puro artificio carentes de interés. Si cabe Lobezno: inmortal (The Wolverine) tenía un pase, pero es que otras son intragables. Esta perdurará para siempre.

Cartel IMAX de Logan
Cartel IMAX de Logan