Mié 8 Feb 2006
La otra película que fuimos a ver este fin de semana fue la continuación de las aventuras vampiricolicantrópicas de nuestra adorada y deseada Selene y de su barbilampiño compañero Michael Corvin. El pasado domingo vimos Underworld: Evolution (2006), una peli entretenida que no pretende ser nada más que eso y que lo cumple de maravilla, no como otras. La aventura nos sitúa justo al final de los visto en Underworld (2003), después del caos provocado por el vampiro Kraven (Shane Brolly), el malo de la primera parte que se aliaba con los hombres lobo para traicionar a los suyos, y de que Selene acabara con el patriarca Viktor (Bill Nighy) tras el combate que mantuvo este con el híbrido Michael Corvin (Scott Speedman), asistíamos al chungo despertar de Markus (Tony Curran), otro de los 3 patriarcas junto con la también fallecida Amelia (Zita Görög). Una vez despertado el tercer patriarca y tras una breve, pero intensísima, introducción que nos explica el pasado de Markus, Amelia y Viktor comienza una peli de acción de 94 minutos… un auténtico despiporre gore lleno de masacres en masa donde las mordidas más profundas, los desmembramientos mandibulares y los chorros hemoglobínicos más salvajes campan a sus anchas y, para ser agradecido, a las nuestras!
El film ha contado con un presupuesto bastante superior al de su predecesora, de 22 millones han pasado a casi 50 millones, y el resultado ha mejorado notablemente. Lo mejor de todo es que ese dinero ha sido destinado primorosamente al desarrollo de efectos especiales clásicos con añadidos digitales que mejoran el dinamismo de muchas escenas. Como ya comenté hace unas semanas, Patrick Tatopoulos es el responsable del resultado final físico, Luma Pictures del digital, y hay que reconocer que lo obtenido es una pasada! Los nuevos hombres lobo molan, William es tremendo, Markus fabuloso y poder ver al híbrido Corvin dando de si las mandíbulas de sus contrincantes es toda una delicia. Las transformaciones han sido curradas utilizando y combinando perfectamente las dos técnicas de efectos especiales, una primera fase de espuma de látex para modificar el rostro del actor y representar un primer estado del cambio, una segunda de digital para la brutal transformación física y una final basada en animatronics o trajes completos de hombre lobo y vampiro. Personalmente un 10, un trabajo perfecto.
Len Wiseman (curiosamente Len "Hombre Sabio") sabe de sobra lo que hace, el film no pretende innovar nada con respecto a la primera parte y, con la misma estética gótico-moderna por todos conocida y disfrutada por muchos, nos ofrece un producto de entretenimiento asegurado. Kate Beckinsale está, por que negarlo, tremendamente buena. El traje de cuero / látex del film le queda que ni pintado y nos ofrece una escena de "Buscando a Jacks" que pasará a la historia. Recuerdo que Flanagan y Zoo Bamboo me comentaban que si el director era otro, pues no, el director es el mismo y es el marido de Kate Beckinsale desde el año 2004, lo que pasa es que le mola verla retozar en plan locuela! En fin, entretenida y bien realizada. Mucho mejor que un montón de superproducciones cansinas basadas en efectos digitales aburridos y pedorros. Desde aquí vuelvo a reivindicar los efectos clásicos, que si, que unas dosis de digital los mejoran, pero sólo eso, unas dosis y basta!