Trato de desperezarme, desde el 3 de marzo con El atlas del las nubes no escribía una opinión, y me pongo de nuevo manos a la obra escribiendo sobre las películas que he podido ver esta Semana Santa en cines. Para comenzar arranco con G.I. Joe: la venganza (G.I. Joe: Retaliation, 2013) de Jon M. Chu, secuela de la bastante floja G.I. Joe (G.I. Joe: The Rise of Cobra, 2009) de Stephen Sommers y confirmado nuevo despiporre visual que, todo sea dicho, extenuará a cualquiera que la vea en 3D más por el casino uso de esta pesada tecnología que en muchas ocasiones, la mayoría, favorece en nada al resultado final. En mi casó sufrí demasiado con las hiperactivas secuencias de acción donde esta moda de vanguardia es caldo de cultivo para acabar mareado. Y para empezar a dar forma a esta opinión debo comenzar planteando una duda… ¿qué narices están haciendo Paramount Pictures y Hasbro si tenemos en cuenta las verdaderas posibilidades cinematográficas de los G.I. Joe? Ojo, que con esto no quiero decir que la franquicia, esa con la que muchos de los presentes disfrutamos jugando tela marinera en nuestra infancia, sea el culmen dentro del estrato del cine de acción, pero vamos, a ver si a la tercera dan con la tecla correcta. Porque mira que con Transformers obtienen buenos resultados, pero G.I. Joe no levanta cabeza.
Por que si, voy a ser muy sincero y duro… me gustó más la peli de Sommers que esta del bueno de Chu. Primero, no entiendo ni percibo la fuerza de Rhett Reese y Paul Wernick al frente del guión. Esa mala baba, esas situaciones cómicas, inteligentes y con chicha que disfrutamos en Bienvenidos a Zombieland (Zombieland, 2009) aquí tienen presencia cero dejando al final un sabor de boca horrible donde nada de lo que ocurre puede si quiera levantar un poco de interés. Ese es el auténtico trabajo de Reese y Wernick, un libreto plano donde se navega entre la seriedad más absoluta, no veo mal el punto dramático del arranque pero me sobra cuando sirve exclusivamente para el lavado de cara que se ha querido aplicar tras la primera parte, a la comedia más simple y predecible como el momento todo queda en casa de Bruce Willis. Segundo, toca sufrir una elección de actores que no llegan a cuajar una, por otro lado, bastante "correcta" elección de personajes. Vale, está Dwayne Johnson como Roadblock, mola, y vuelves a la carga con los obligados Ray Park como Ojos de Serpiente, Byung-hun Lee como Sombra o el merecidamente remozado, pero pírrico en presencia, Comandante Cobra, encarnado por cualquiera. ¿Y el resto? Pues la verdad, esperaba muchísimo más de Ray Stevenson como Firefly, un mítico, y de Adrianne Palicki como Lady Jaye, otra que también apuntaba alto. Del resto, pues ni chicha ni limoná. Ni Elodie Yung como Jinx, ni D.J. Cotrona como Flint, ni Jonathan Pryce como Zartan, porque no deberían colarnos al genial Arnold Vosloo porque sale su careto 10 segundos. Y claro, esto te da más rabia cuando ves subexplotar a gente como Walton Goggins e incluir en el reparto a paquetes andantes como RZA. Tercero, lo que mola de G.I. Joe y su guerra contra Cobra es las posibilidades de esta segunda a la hora de trazar un plan siniestro, maligno y que debería pasar a los anales de lo estrambótico y disparatado. En ese aspecto el trabajo de Stuart Battie y Sommers para G.I. Joe me pareció mucho más arriesgado y digno, aquellos nanobots que se comían el metal molaban, los supersoldados drogados y mejorados molaban, aquella base submarina y la posterior batalla a lo Star Wars dentro de su tontería era graciosa y grandiosa. Aquí explotan el topicazo y aburre… el momento bandera y pendones sobra por completo.
En fin, poco más de hora y media de cine de acción con alguna que otra secuencia entretenida, los brincos en la nieve por ejemplo, pero que no justifican la inversión que se ha hecho en el producto. 130 millones de coste de producción para un proyecto mainstream nuevamente con trazas de serie B, o serie B sin tapujos, que se queda corto si uno recuerda además a Sienna Miller como la Baronesa, Rachel Nichols como Scarlett, Christopher Eccleston como Destro, Adewale Akinnuoye-Agbaje como Heavy Duty o Joseph Gordon-Levitt como The Doctor. En fin, para pasar el rato vale, pero una pena… otra vez.
Y si, Bruce Willis aburre mucho pese a los chistes de rigor con los que siempre cumple. Cada vez aporta menos a las películas donde participa en modo presto mi cara 10 minutos y cobro mi minuta.
Cartel de G.I. Joe: la venganza… pues se han vengado