Comienzo con las mini reviews del segundo día en el Festival de Sitges. Ahora tocan Insensibles (2012) de Juan Carlos Medina y Holy Motors (2012) de Leos Carax. En esta caso el tema quedó bastante descompensado. El film de Medina no logra aportar mucho con una historia con potencial pero que logra sacar todo su jugo mientras que lo de Carax acepta interpretaciones múltiples bastante extremas todas ellas.

Insensibles de Juan Carlos Medina

Primera de las muchas películas rodadas en catalán y vendida como un proyecto que hace incapié en la memoria histórica. La actualidad, un fatal accidente lleva a David, encarnado por Àlex Brendemühl, a acabar como el rosario de la aurora, perder a su esposa y casi a su hijo no-nato. Una prueba paralela realizada en el hospital donde permanece ingresado le descubre un cáncer que requiere de un transplante de médula para su curación. Vamos, mil desgracias en un mismo día. 1936, un grupo de niños de un pueblo de Cataluña, Benigno, Inés, etc., son ingresados en un centro hospitalarios para enfermos mentales ya que se descubre que no sufren dolor, lo que puede provocar efectos fatales para ellos y para aquellos que les rodean… llega con ver la secuencia inicial del film para comprender esto. De nuevo en la actualidad, nuestro paciente acude a sus padres, con los que no se habla, para ver si puede contar con ellos de cara el transplante que le salvará la vida. La sorpresa será mayúscula cuando descubra que los que él creía eran sus padres no lo son. Este momento es el punto en el que ambas líneas temporales, la Guerra Civil española, los años posteriores a su finalización y la actualidad se entrelazan para conocer el verdadero origen de David y el destino de aquellos niños encerrados. La historia de Insensibles apunta a bastante interesante, pero lo película no logra explotar toda su fuerza al perderse demasiado en la manida y cada vez más aburrida temática de la Guerra Civil… otra vez un director y un guión que trata de establecer una línea donde se explica quienes fueron los buenos y quienes los malos, cuando en toda guerra dudo mucho que nadie merezca ser considerado como lo primero o lo segundo, si no más bien todos del mismo rango. En el fondo el producto tiene una trama curiosa, que apunta a terror aunque acaba resultando bastante increíble y forzada incluso para considerarse de género fantástico, y que no logra sin embargo que los poco más de 100 minutos de metraje acaben aparentando muchos más.

Cartel de Insensibles
Cartel de Insensibles

Holy Motors de Leos Carax

Si había una película en este Festival de Sitges que podía generar un acalorado debate esta era Holy Motors. Estamos ante una auténtica rareza cinematográfica que nace de forma descarada como directo homenaje al gremio de los actores, la interpretación y la capacidad del cine para contar múltiples historias. En ella un alucinante Denis Lavant, es bestial lo que hace este caballero, se saca de la manga un rosario de personajes tan extremos como magistrales y fascinantes. Qué decir del film, pues que debe ser visto para poder interpretarlo, para sacar cada uno sus conclusiones y admirar, o destestar, el resultado final… una obra que busca provocar, llamar la atención, ser adorada o vapuleada por poder ser, incluso, una auténtica tomadura de pelo. Que en el mismo proyecto tengamos a Lavant encarnando a una vagabunda, un especialista mocap, un anciano al borde de la muerte o una especie de gortesco ser digno de las torres de Notre Damme de París o del musical Oliver Twist, es para quitarse el sombreo aunque no logres saber si lo que sientes es total fascinación o pura incredulidad. No se si gustará a la gran mayoría, pero a mi me encandiló… extrema.

Cartel de Holy Motors
Cartel de Holy Motors