Mar 15 Mar 2016
Tim Burton lleva una serie de películas que, aunque dentro de su estilo, no es que me lleguen a encantar. Ahora llega con El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares (Miss Peregrine’s Home for Peculiar Children, 2016), adaptación de la obra de Ransom Riggs en manos de la virtuosa Jane Goldman, la amiga de Matthew Vaughn y responsable de escritos como los de Stardust, Kick-Ass: listo para machacar (Kick-Ass), X-Men: Primera Generación (X: First Class) o Kingsman: Servicio Secreto (Kingsman: The Secret Service). En fin, esto de Tim Burton junta en pantalla una escuela única de chicos especiales con extrañas "capacidades". Al frente de la misma Miss Peregrine (Eva Green), una tutora que dirige el centro protegiendo a los niños que allí viven. Junto a la Green tenemos a Asa Buttlerfield o Samuel L. Jackson, que es el villano Barron.
Una isla misteriosa, un orfanato abandonado y una extraña colección de curiosas fotos. Todo espera ser descubierto en Miss Peregrine’s Home for Peculiar Children, una novela inolvidable que mezcla ficción y fotografía en una lectura francamente emocionante. Al inicio de la historia, el repentino fallecimiento de su abuelo y un mensaje personal a su nieto pone a Jacob (16 años) de camino a una remota isla frente a las costas de Gales. Allí el joven descubrirá las ruinas de Miss Peregrine’s Home for Peculiar Children. Mientras Jacob explora los cuartos y pasillos, se vuelve claro que los niños que una vez vivieron allí – uno de los cuales fue su abuelo – eran algo más que peculiares. Una niña que podía sujetar el fuego con sus manos, otra cuyos pies nunca tocaron el suelo o unos gemelos que se podían comunicar sin articular palabra. Se dice que igual no eran tan peculiares y puede que en el fondo hasta peligrosos. Incluso podrían haber estado en cuarentena en una isla desolada por una buena razón. Y de alguna manera – aunque parezca imposible – cabe la posibilidad de que todavía estén vivos.
Primer cartel de El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares