Esas diez películas que este año me hicieron tilín
Como todos los años desde hace unos cuantos en Uruloki me paro un día de diciembre para recuperar esas películas que he podido ver gracias a que se han estrenado en cines o han pasado por el Festival de Sitges. Este año la cosa viene completita, vamos con esas 10 que me gustaría recomendaros, enlace a la merecida opinión, o volver a hacerlo.
La doncella (Ah-ga-ssi) de Park Chan-wook. ¿La película del año?, no, la obra maestra de este 2016 que ahora termina. Una historia maravillosa, que te atrapa, te envuelve, te engaña, te retuerce y te enamora. Protagonizada por Min-hee Kim y Tae-ri Kim, dos mujeres de química incomparable en una obra que de principio a fin demuestra de nuevo que Park Chan-wook es un director imprevisible. Sencillamente perfecta. Sumemos la composición musical de Jo Yeong-wook… perfecta.
La llegada (Arrival) de Denis Villeneuve. Igual que Park Chan-wook el bueno de Villeneuve hace una tras otra de esas que te dejan con el culo torcido… Enemy, Prisioneros (Prisioners), Sicario, Incendies (tengo que ver Polytechnique). Esta vez una historia vital, ciencia ficción compleja, de las que te hacen pensar y dar unas cuantas vueltas a la cabeza. Emotiva también un rato largo, te obliga a meditar profundamente sobre las decisiones que se toman y la repercusión de las mismas. El año que viene el director canadiense nos ofrecerá Blade Runner 2049 (2017), de lo más esperado del año creo yo.
The Neon Demon de Nicolas Winding Refn. Odiada por muchos y adorada por otros, en mi caso lo segundo, una aventura grotesca, donde lo relevante es que el envoltorio es más importante que el interior. El mundo de la moda llevado al espectro más naif con una Elle Fanning impactante pero que no sabe dónde narices se mete. Puro cascarón, por eso algunos se cagaron en ella, pero con más chicha de lo que uno cree, además de que es visualmente hipnótica. Una delicia si disfrutaste de las anteriores obras del director danés, sobre todo de esas dos donde todo es calma chicha hasta que se desencadena el Apocalipsis… en este caso, caníbal.
Los odiosos ocho (The Hateful Eight) de Quentin Tarantino. La obligada obra genial del gran Tarantino llegó esta vez a principios de año para amenizar, casi, el final de la Navidad. Una historia perfecta, una clásica batalla dialéctica de enredo entre un conjunto de actores de alta gama merced a un guión nuevamente superlativo. Los "Diez negritos" de Agatha Christie trasladados a una posada del lejano oeste y con una ventisca de esas que te obligan a usar la lengua para descubrir el pastel. Nunca tanta hemoglobina de pega se usó en tan poco espacio.
Rogue One: Una Historia de Star Wars (Rogue One: A Star Wars Story) de Gareth Edwards. Una joyita esta que nos ha llegado ya finalizando el año. En mi caso disfruté como un enano con Star Wars: El Despertar de la Fuerza (Star Wars: The Force Awakens), esta es una precuela al origen de la saga, 1977, y una historia completa que aparentemente es menor, pero que logra emocionar al tiempo que te introduce en una vibrante última parte donde no hay descanso.
La invitación (The Invitation) de Karyn Kusama. La triunfadora de Sitges 2015 llegó a España de forma limitada en el primer cuarto de este mismo año. En mi caso la pude ver cuando se estrenó en cines. Una joya del doble juego, de la falsa empatía, de la duda constante. Tan paranoica y terrorífica como sectaria, pone en duda todo el rato los pensamientos e imaginaciones del protagonista. Altamente recomendada si queréis pasar un mal rato.
Batman v Superman: El Amanecer de la Justicia (Batman v Superman: Dawn of Justice) de Zack Snyder. La primera de las películas del Universo DC que llegaron este año y, sin lugar a dudas, la más polémica de todas. Personalmente genial, otros la han odiado y la siguen odiando, reúne en la gran pantalla a tres titantes como Batman (Ben Affleck), Superman (Henry Cavill) y Wonder Woman (Gal Gadot). Delante de ellos Doomsday, un paranoico Lex Luthor (Jesse Eisenberg) y la puerta de entrada al complejo futuro que nos espera en forma de Darkseid.
No respires (Don’t Breathe) de Fede Álvarez. Tras su paso por la hiperbólica y gore Posesión Infernal (Evil Dead), el uruguayo Álvarez y su colega Rodo Sayagues se embarcaron en un thriller no gore, pero igualmente terrorífico al remake de la obra cumbre de Sam Raimi. Una paranoica historia de home invasion dada la vuelta, con un secreto tan siniestro como el ciego protagonista que toma las riendas sobre los indefensos "atracadores" que se cuelan en su casa / jaula. Asfixia constante.
Train to Busan (Busanhaeng) de Yeon Sang-ho, titulada en España como Estación zombie, porque Tren a Busan debía estar pillado. El cine de zombis reinventado por los coreanos. Un acierto en toda regla, original y desesperante, tanto como la desesperada huída protagonizada por un grupo de personas que sin comerlo ni beberlo se ven atrapadas en un tren cuando el resto del país sufre un brote zombi de conocidas consecuencias. Nuevamente sobre la mesa eso de que es más cabrón el ser humano que el propio zombi.
Dos buenos tipos (The Nice Guys) de Shane Black. Una thriller cómico genial protagonizado por Russell Crowe y Ryan Gosling. Al frente el rey de las buddy movies, Arma Letal (Lethal Weapon) o Kiss Kiss Bang Bang, que vuelve a juntar para deleite del expectador a dos grande actores en un film de tono setentero donde la base es el "oscuro" mundillo del porno de la época pero donde se alcanzan los estratos más altos del poder.
Otras que tendrían cabida en la lista de este año y que no he colado… pues Calle Cloverfield 10 (Cloverfield Lane 10), la irreverente Deadpool, la mística e iniciadora Doctor Strange, ese pastiche variopinto que es Escuadrón Suicida (Suicide Squad) o la completa Capitán América: Civil War (Captain America: Civil War). Se me había pasado por completo! Añado por lo tanto con fecha del 29 de diciembre Hasta el último hombre (Hacksaw Ridge), la salvaje hazaña bélica narrada por el siempre vigoroso Mel Gibson. Crucemos los dedos, parece ser que Hollywood vuelve a aceptar a este actor, al menos ahora podrá seguir demostrando lo que es hacer cine.