Ya iba siendo hora de que este clásico comiquero fuera recuperado para el cine después de aquella ya lejana, francamente desconcertante y hortera, aventura que contó con el ahora reinventado Sylvester Stallone. Han pasado un par de décadas de aquella y la editorial 2000 AD debe estar algo más que contenta con el resultado obtenido. Dredd 3D (2012) de Pete Travis se nos presenta como una grata delicia adulta, notablemente violenta y que estruja con esmero toda la esencia de un personaje tan particular y sombrío como es el Juez Dredd. La verdad sea dicha, la creación de John Wagner y Carlos Ezquerra ha regresado al cine por la puerta grande en una producción con mucho material disfrutable y bastante alejada de las imposiciones que tanto daño hacen los grandes estudios de Hollywood. El resultado es, personalmente, difícil de mejorar. Alex Garland, guionista británico sobradamente conocido gracias a trabajos como La playa (The Beach, 2000), 28 días después (28 Days Later…, 2002) o Sunshine (2007), explora con muy buena mano las vicisitudes de un personaje implacable, frío, calculador y que no duda en aplicar la ley, a lo bestia, en un futuro corrupto y desolador. Más aun, el trabajo cubre con lo esperado y más si lo que uno pretende es adaptar al cine una obra violenta, oscura y con aspecto cero mainstream. Por ello este Dredd 3D se enfoca más hacia la exaltación de un modelo más cercano a la serie B de antaño, pero sacándole más jugo gracias a una esmerada producción donde todo funciona según lo previsto.
Cartel español de Dredd… Juez, jurado y ejecutor
El futuro, Mega City Uno es una mole donde 800 millones de personas se apelotonan. En semejantes condiciones, y más si vemos como está la cosa hoy en día, es de esperar que exista una unidad policial que trate de mantener el control mediante la aplicación más estricta de la ley. Anderson (Olivia Thirlby), una agente novata y pendiente de aprobación, es asignada al Juez Dredd (Karl Urban), su misión es pasar un día en la calle donde será evaluada para entrar a formar parte de la élite policial que mantiene a raya Mega City Uno, los Jueces. Pero lo que podría ser un día más en lo cotidiano de Juez Dredd y compañía se convierte en un infierno cuando se adentran en el edificio que controla la narcotraficante Ma-Ma (Lena Headey), la mayor distribuidora y fabricante de Slo-Mo en la ciudad. El día de evaluación se convierte por lo tanto en una misión de supervivencia. Por un lado están Dredd y la novata Anderson, por le otro Ma-Ma y el ejército que vive en el infinito bloque de viviendas desde el que opera.
DNA Films siempre tiene algo bueno que ofrecer y Dredd 3D es una muestra más de que en el imperio británico saben hacer las cosas con la factura Hollywood pero sin despreciar la materia prima europea. Así obtenemos una película sobria, directa y que no escatima en aprovechar muchos de los "valores" de la obra de Wagner y Ezquerra como la violencia directa o la amoralidad del futuro en el que transcurre. Karl Urban se saca de la manga un Dredd implacable que no duda ni un ápice a la hora de aplicar justicia, ya sea justificable o no. Es rudo, parco en palabras pero un perfecto ejecutor de la tarea que se trae entre manos. Olivia Thirlby por su parte no puede estar mejor, representa a la agente novata Anderson que, si bien se da a conocer como una mujer con cierta apariencia de debilidad, en el fondo oculta un poder tan salvaje que hasta podría dejar al propio Dredd como una hermanita de la caridad. Al otro lado un muro en forma de Lena Headey, desfigurada Ma-Ma que no escatima en sobrepasar los límites más despreciables de la violencia. Su misión es curarse en salud, y quién tenga que morir pues que muera. Técnicamente una película correctísimo aunque nuevamente se le otorga mucha prioridad a los efectos CGI, cosa que por otro lado es lo más apropiado cuando tienes que mostrar como destrozas la cara a un fulano a cámara lenta por un disparo. En esto la cámara lenta está perfectamente justificada, solo se ve cuando el que disfruta de la secuencia va hasta las cejas de slo-mo. El 3D, pues no se que pensar, pero lo onírico de las secuencias a cámara lenta sacan cierto provecho del 3D, aunque tampoco creo que sea lo que más mola.
En defintiva, muy recomendable. Pero ojo, no es un frenesí.