Sáb 30 Abr 2011
Pues nada, llegó el día y aquí uno que se pudo acercar con un buen grupo de amigos al cine a ver Thor (2011) de Kenneth Branagh en impuesto, que no obligado, 3D. Marvel Studios sigue dando forma a su particular universo pero ahora al abrigo, no se si muy recomendable, de la Walt Disney Company. Las aventuras más grandes de los personajes con más solera y seguidores de la Casa de las Ideas siguen poblando las pantallas del cine con diferente soltura. Todo con miras a ese verano del 2012 donde el director más fan del mundo mundial, Joss Whedon, estrenará la deseada por muchos The Avengers (2012). En este caso, Marvel Studios nos traslada a Asgard, hogar de Thor, y ofrece como resultado uno de sus productos comiqueros más irregulares del sello. No se cual habrá sido el error, pero igual la cargante y cansina campaña publicitaria, aunque puede que el planteamiento de la historia o incluso el haber contado con un director como Kenneth Branagh, hace tiempo inmerso en una espiral de poca calidad de la que no encuentra el final, sean la causa. Porque si, este Thor que ha llegado a los cines se divide en dos fases muy diferentes. Una de rutilante calidad, natural toque shakesperiano y donde Branagh se ha encontrado como pez en el agua… los gigantes de Jotunheim, Asgard y su drama familiar… genial. La otra es de tedio casi absoluto, apoyada en demasía en la comedia resultona donde ni los personajes encuentran su sitio, ni la presencia de S.H.I.E.L.D. impacta y donde lo que ocurre resulta más mediocre de lo que se debía esperar, vamos, una chufla. La verdad, hay incluso momentos que uno llega a pensar que en lugar de Thor a esto deberían llamarlo Turd.
Cartel español de Thor
Thor (Chris Hemsworth), hijo de Odin (Anthony Hopkins) y hermano de Loki (Tom Hiddleston), decide actuar de manera arrogante e irresponsable contra los gigantes de hielo de Jotunheim provocando que el reino de Asgard se quede al borde de que una guerra ancestral ya olvidada resurja. Su enorme ego acaba con la paciencia de su padre y este, Rey todopoderoso, decide castigar a su hijo con el destierro en la Tierra. Allí Thor, ahora uno más entre muchos, se cruzará en el camino de un trío de científicos encabezados por Jane Foster (Natalie Portman) y el profesor Erik Selvig (Stellan Skarsgård). Thor buscará por todos los medios volver de nuevo a Asgard pero para ello se verá obligado a madurar y a darse cuenta que con la arrogancia no se va a ninguna parte. En medio del fregado estará Loki, que sacará todo el provecho posible, y algo más, al destierro de Thor en la Tierra.
Marvel Studios vuelve a la carga sacándose de la manga una película desigual y extremadamente dependiente del entorno en el que tengan lugar los acontecimientos. Por un lado tenemos la magnificencia de los mundos de fantasía como Asgard, donde el derroche visual es inconmensurable y donde el trabajo creativo no tiene parangón, o Jotunheim, tierra helada perfectamente imaginada. En esos mundos la historia se desarrolla con mucha soltura encontrando un medio natural para explotar las vicisitudes de los personajes y sus historias. Es en esos momentos cuanto el universo comiquero creado por Jack Kirby y Stan Lee cobra vida y donde uno agradece encontrarse con guerreros de la talla de Volstagg (Ray Stevenson), Hogun (Tadanobu Asano), Fandral (Josh Dallas) o Sif (Jamie Alexander). Así mismo podemos disfrutar del peculiar Puente del Arcoíris protegido por Heimdall (Idris Elba) y de toda la parafernalia que uno se pueda imaginar para representar la tierra de Asgard. La verdad, a nivel artístico Marvel Studios se merece un aplauso porque ha sabido además aportar a ese clasicismo que transmitían los cómics una merecida modernidad, vestuario y tecnología, que encaja sin problemas. Pero claro, si luego desciendes a la Tierra, y los que era una historia de traición, odio, engaño, etc. la transformas en una comedia con ciertos toques de aventura, y donde el actor protagonista comienza a perderse en un entorno que sin dudarlo le queda demasiado grande, pues tiras un poco por la borda todo aquello que habías construido con firmeza minutos antes. Y es que la verdad, pero el destierro al que es sometido Thor lo sufrimos incluso los espectadores. Además, más doloroso es si cabe que personajes que en Asgard tienen chicha en la Tierra se conviertan en meros bufones en busca de provocar la risa fácil. Eso si, tras un segundo acto donde uno puede llegar a aborrecer lo que está viendo, de nuevo los vínculos con Asgard hacen que la película vuelva a recuperar el tono que nunca debió haber perdido. En definitiva, interesante en muchos aspectos pero deudora en otros tantos…