Muy a mi pesar, y como lo prometido es deuda, me paso por el blog para hablar del fallido intento por parte de Warner Bros. y Legendary Pictures de resucitar, haciendo acopio de un gran presupuesto y lo último en efectos especiales, las grandes aventuras basadas en los héroes, dioses, titanes y demás criaturas mitológicas de la antigua Grecia. Más triste es si cabe cuando tu proyecto no aporta una nueva historia y decide beber directamente de un clásico de la fantasía como es Furia de Titanes (Clash of the Titans, 1981) de Desmond Davis, película que, todo sea dicho, adolece de muchos defectos pero por lo menos cuenta con un reparto entregado, una historia bien hilvanada y unos efectos especiales creados por la mente del genio Ray Harryhausen y que en la época, y aun ahora, sorprenden.
Esta nueva Furia de Titanes (Clash of the Titans, 2010) vuelve a recrear el enfrentamiento, o desafío, entre humanos y dioses del olimpo. Perseo (Sam Worthington), hijo de Zeus (Liam Nesson) y Danae (Tine Stapelfeldt), es arrojado al mar en un féretro cuando es todavía un bebe por su el engañado marido de esta, Acrisio (Jason Flemyng). Tras ser encontrado por Spyros (Pete Postlethwaite), será cuidado por este pescador y su familia hasta hacerse un mocetón de esos que meten miedo solo de mirarlos. Un día, y mientras maldicen a los dioses por la penosa faena, asisten al espectáculo de como los soldados de Argos derriban una estatua del dios Zeus. Al poco rato aparecen unas harpías que darán cuenta de todos los guerreros y que, tras completar su tarea, se transforman en Hades (Ralph Fiennes), quien no tiene nada mejor que hacer y aniquila a la tranquila familia pesquera de Perseo. Rescatado por un barco de Argos, nuestro protagonista es llevado a palacio y presentado, por curiosidades de la vida y la intervención de Io (Gemma Arterton) y Hades, como un semidios. En ese momento, y deseoso de cobrarse su venganza contra el dios del inframundo, se unirá a un grupo de guerreros de Argos, Draco (Mads Mikkelsen), Ixas (Hans Matheson) o Eusebios (Nicholas Hoult), para intentar encontrar la solución contra el mortífero anuncio de Hades… El Kraken, monstruosa criatura que habita en el inframundo, será liberado y arrasará Argos al menos que se sacrifique a Andromeda (Alexa Davalos), hija del rey.
Cartel de Furia de Titanes en 3-D
Y en esas estamos. El director francés Louis Leterrier, con cuatro películas a sus espaldas cumple con el doloroso refrán de una de cal y otra de arena, se devana los sesos por dar forma al desastroso e incongruente guión de Travis Beacham, Phil Hay y Matt Manfredi. Porque en estos casos, y por sacarse de la manga un remake, no hay nada como comparar parar sacar los colores. Veamos, Perseo decide ayudar a la ciudad de Argos por simple venganza. Dirigirá a una unidad de soldados para acabar con Kraken porque sabe que eso fastidiará a Hades, asesino de su familia. Emotiva razón. Lo más estrambótico es que quien tiene el poder de liberar al Kraken no es otro más que Zeus, padre de Perseo y personaje que se pasa toda la película ayudando a su hijo… ¿por qué entonces libera al Kraken?, ¿para castigar a Argos? Supongo que habría otras opciones. En el film de 1981 por lo menos quienes ayudaban a Perseo eran otros dioses, y a Zeus le movían desde un principio las razones reales que hacen actuar en este caso a Hades. Más peculiaridades. Si bien en la película origen Calibos era una extensión del constante enfrentamiento entre Zeus y Atenea, ¿qué sentido tiene aquí? Muchos dirán que es el hombre de acción de Hades pero… ¿qué necesidad tiene el dios de contar con Calibos si se pasa todo el rato apareciendo y enfrentándose directamente él a los humanos? Podría seguir, pero entonces acabaría destripando todo.
En fin, sumemos a esto un reparto de nombres conocidos pero que, ensombrecido por las pretensiones del proyecto, acaban diluidos como una cucharada de sal en una botella de agua demasiado grande. Y es que a Sam Worthington le falta mucho para convencer en un papel donde deba mostrar algo de emoción. Al igual que Leterrier su carrera la definen pocas grandes producciones como para elucubrar sobre su futuro, pero son sin embargo suficientes como para saber que su rostro de palo y cara de mueca serán inevitables. Agreguemos a Liam Nesson, desaparecido y reducido a unos escasos minutos, o a Danny Huston… que si, que trabaja Danny Huston, es Poseidón. Probablemente Finnes sea el que más convenza, sobre todo si tenemos en cuenta que el resto de personajes que aparecen acaban por servir como un elemento más atrezzo. ¿Alguien se acuerda de los nombres de los soldados de Argos una vez se presentan?, salvo Draco, el resto son peleles en manos de los guionistas. Algo similar ocurre con Io, Gemma Arterton tiene un algo que mola. En ningún momento se nos explica su presencia, por qué ayuda a Perseo, etc. Y lo del djinn hombre árbol es el no va más… se merece un WTF como una casa. No menos innecesarios son los dos improvisados compañeros de fatigas que se unen sin venir a cuento al periplo de los soldados. A eso le llamo yo amor al arte, y eso que no son de Argos!
La verdad, lo único que se salvan son los efectos. Muy grande el Kraken, aunque poco innovador, la Medusa, fabulosa recreación, Caronte, las harpías, las brujas de Estigia, los escorpiones o incluso Calibos. Peores ideas son el cameo de Bubo, esos toques cómicos sobran, o el regalo de Zeus a Perseo… si, hablo de la "espada". Lo que pudo haber sido y lo que es en realidad.