"El parque está abierto" y desde ya estamos todos invitados a pasar por la sala de cine y viajar, en parte, a otro tiempo, uno en el que quedamos perplejos disfrutando de un imposible titulado Parque Jurásico (Jurassic Park, 1994). Arranca junio y con ello la temporada de estrenos veraniegos, el primer plato que nos sirven desde el otro lado del charco es Jurassic World (2015), el esperado retorno al mundo creado por Michael Crichton que fue traducido en magia cinematográfica por Steven Spielberg, John Williams y un shock tecnológico en forma de combinación mágica de animatronics y efectos visuales CGI de mírame y no me toques creados por maestros de la talla de Stan Winston, se te echa de menos, Dennis Muren, Phil Tippett o Michael Lantieri. Jurassic World es una película fiel, una secuela como se espera, francamente superior a aquella olvidable Parque Jurásico III (Jurassic Park III, 2001) y mas aventurera y agradecida que la correcta pero transitoria El mundo perdido (The Lost World: Jurassic Park, 1997). También deja claro que es difícil sorprender y que es complejo dejar perplejo, este es el cuarto intento, así que nada mejor que orientar el producto al nuevo público objetivo que debe hacerse amiga de una saga que merecía ser rescatada por todo lo que puede ofrecer si hablamos de entretenimiento en butaca. Hagamos todo mucho más grande pero seamos fieles a los que hace 20 años fliparon en las salas.
Jurassic World ofrece todo lo que se puede esperar de ella, ya sea bueno o malo, y entre ello hay un repaso al pasado con referencias obligadas y agradecidas a aquel intento de parque que John Hammond (Richard Attenborough) trató de montar aunque con resultados un pelín funestos. A parte de que todo se ha puesto en marcha y por lo tanto no es un "mirad lo que puede ser" si no que es un "disfrutad de lo que es", uno se lo pasa bien viendo de nuevo la entrada al parque, simpática evolución del coche eléctrico al tren eléctrico, el guiño de Mr. ADN, el dilofosaurio en modo proyección 3D, la visita al edificio central del parque original, etc. Sumado a esto pues los mismos elementos que dieron forma a los films de Steven Spielberg, que no se olvide nadie que fueron dos. El héroe es en este caso perfecto, Chris Pratt y su Owen fusionan todo lo que eran por separado Alan Grant (Sam Neill) e Ian Malcolm (Jeff Goldblum), amor por los dinosaurios, galantería / machismo y liderazgo (o nuevamente machismo de caracter alfa). Genial, aplausos… pero empieza la cosa a no convencer del todo. La protagonista femenina, alejada por completo de las previas encarnadas por Laura Dern y Julianne Moore, es curiosa en muchos aspectos, y más porque no se quita los tacones ni para correr delante de un Tyrannosaurus Rex, que se supone se la merendaría a 40km por hora. Que sí, que Bryce Dallas Howard es un encanto de mujer y una belleza que quita el hipo, pero su personaje es relamido, estirado y crédulo, amén de facilón. Luego tenemos a los niños de rigor, nuevamente tan protagonistas, si no más, que los odiosos Tim y Lex ya que prefiero olvidar a los de las dos anteriores secuelas. No sé por qué los niños son así, igual es parte de la cláusula que reza "secuela aprobada", pero sobrevivir en un mundo como el que plantea Jurassic World donde palman hasta militares de operaciones especiales sólo está al alcance de los más molones, ¡aupa Owen!, o los niños. Hay villano de rigor, ese Hoskins encarnado por Vincent D’Onofrio vuelve a ser reflejo de ideas pasadas, lo mismo que el personaje que encarna Irrfan Khan. Vamos, que Jurassic World es un más que sentido homenaje… creo que decir que es un rip-off sería pasarse.
¿Pero hay diferencias? Claro que sí, como as meigas, hailas! Por lo pronto hay un dinosaurio mucho más grande. Ese Indominus rex creado en el laboratorio, criatura ad-hoc para mejorar el rendimiento de una atracción que se ve mueve millones. Un dinosaurio extremo, cercano al concepto del serial killer de peli de terror ya que mata por placer. Y a partir de ahí la fórmula que se sabe funciona, descontrol, la naturaleza abriéndose paso, muchos dinosaurios, la idea de los velocirraptores "domados" y como decía Ian Malcolm "uh, ah, esto es el principio… pero luego vienen las carreras y también los gritos". Jurassic World es eso, descontrol, dinosaurios a cascoporro y puede que una importante carencia de nuevas ideas. Pero bueno, el cine es entretenimiento y si funciona pues nada, alegría de la vida y todos tan contentos. La película va adelante, con sus obligados altibajos, algunas cosas que sobran, otras que vuelven a beber del pasado molando, y, eso sí, una sobrecarga de CGI que, en mi caso, desilusiona un poco / bastante. Este mismo fin de semana han puesto en la tele los films previos y mira que quedaban de maravilla los dinos en formato físico para primeros planos, etc.
Uno de los valores a tener en cuenta de este Jurassic World