Y DC Films desembarcó entre nosotros con ese otro Capitán Marvel (el verdadero), conocidos por todos como Shazam. Con sentido ya completamente justificado la división comiquera de Warner Bros. ha viajado al mundo de la comedia naïf con esta adaptación de famoso personaje creado por Clarence Charles Beck y Bill Parker en los años 40… ¡pero como pasa el tiempo! Debe tenerse en cuenta que este ¡Shazam! bebe de unos orígenes concretos, unos propios del momento en el que fue creado el personaje, una era singular en la que se propuso la inocencia y la pureza de corazón como base para el nacimiento de un superhéroe cuyos poderes provienen de unos cánones mitológicos presentes (los representados por Salomón, Hércules, Atlas, Zeus, Aquiles y Mercurio), y que en el fondo, son los que representan a la inmensa mayoría de héroes de aquel momento, y posteriores.
Y en esas llegó David F. Sandberg, elección sorprendente la de este director de terror que logra sin embargo dejar su impronta en varios momento de la película, reuniendo en la gran pantalla a Zachary Levi, nuestro Shazam, Mark Strong, el villano Dr. Thaddeus Sivana, Jack Dylan Grazer, genial Freddy Freeman, y Asher Angel, el elegido Billy Batson. Los mimbres han sido buenos, pero no queda claro si el conjunto funciona como debería en este escrito de un guionista sin un bagaje más adecuado (seguro que Henry Gayden ahora es más conocido, pero antes de ¡Shazam! poco se podía valorar de su carrera). El tema es que el film sufre lo descompensado que está la forma de ser de Batson como Batson (Angel), frente a la de Batson como Shazam (Levi). Resulta por momentos incongruente el personaje, teniendo la versión adulta un sin fin de momentos cómicos (ya sea su descubrimiento, aprendizaje, etc.), frente a la versión fría, negativa y taciturna de su yo adolescente. Ojo, se entiende que ambos actúen como actúan, Batson tiene sus propias preocupaciones e inquietudes, pero desde luego el espíritu del Billy Batson niño debería estar más presente en su versión adulta o viceversa, que lo está pero da la sensación que no lo suficiente.
El film juega sin embargo con éxito al hacer un uso masivo de referencias, donde es capaz de reírse del universo extendido DC por completo, de hacer homenajes al icono de Filadelfia que es Rocky y alguna otra más. Por ese lado, siempre encarnado por un generoso y marchoso Zachary Levi acompañado por el verdadero motor de la historia es sus dos vertientes, hablo de Jack Dyla Grazer. Ahí está el gran poder del film, Grazer apoya a ambas versiones de Batson, el adulto descontrolado y el adolescente amigo por el que se preocupa e interesa.
En definitiva, es entretenida, Levy como Shazam es tronchante, Grazer como Freddy Freeman es lo mejor del film, y Mark Strong como Sivana… bueno, algo así como un villano que en su ansia de ser tan, pero tan malo acaba entrando en el juego del ¡Shazam! transformado en una caricatura / bufón de lo que se supone es un supervillano al uso. El resto fluye de forma irregular, funcionando la comedia más simple e infantil, pero no entrando en otros cánones del género (ya no tanto el superheroico que está cubierto, si no más bien el cómico) y que habrían logrado que las dosis de entretenimiento hubieran sido mucho más rumbosas. Merece verse y seguramente que dándole alguna vuelta más se pueda descubrir más a favor que en contra.
Uno de los carteles que hemos visto de Shazam!